Bolivia y Venezuela tienen muchas cosas en común: el amor por Bolívar lo llevan en el alma, Sucre es querido por igual, el ALBA nos une en la solidaridad. La sangre de venezolanos riega la historia de Bolivia.
En este entrelazarse la vida de los dos países destaca la similitud de la marcha revolucionaria y la igualdad de la agresión imperial.
Bolivia y Venezuela quieren caminar en paz y juntos hacia la construcción de una sociedad que reivindique al humano, que lo coloque en el centro de todos los afanes, que le de al pueblo “la mayor suma de felicidad”.
Este empeño es suficiente para despertar el odio del imperio y de las oligarquías. Contra nosotros embisten con todo su acumulado rencor.
A Venezuela la agredieron y la agraden desde el mismo momento en que Chávez empezó a remontar las encuestas en el 98.
Las televisoras, cañones deformantes, emprendieron su diluvio de mentiras que aún no cesa, la difusión del miedo fue y es su contenido.
De Evo han dicho de todo, lo repudian por su raza, y por sus planes de redención del pueblo humilde. Contra él han desatado planes tenebrosos, golpes y magnicidios rondan su vida.
Los dos países caminan juntos, y la agresión imperial es asombrosamente monótona, sus planes desestabilizadores se parecen mucho, de allí que un pueblo pueda aprender de la experiencia del otro pueblo, es el mismo esquema de agresión. Veamos.
En Bolivia pretenden enfrentar una parte del país, que controlan con los gobernadores, a la parte mayoritaria que es fiel a Evo y al proceso redentor. Llevan al país a guerra civil.
Las imágenes de los sifrinos bolivianos recorren el mundo, con su cara de odio al humilde, sus armas de intimidación nazi, palos cubiertos con alambre de púa, son idénticas a las imágenes de leopoldo, o capriles, o goicochea, cuando de agredir la esperanza de redención se trata.
Es el mismo rostro de la patología social que se había visto en los pogromos del fascismo europeo, en la persecución esclavista de negros en el África, en los exterminios de indios por el despiadado conquistador, en el golpe de Abril, el sabotaje de diciembre.
Lo que hoy pasa en Bolivia es una señal de alerta para nosotros en Venezuela, es un espejo donde debemos mirarnos:
Vamos a unas elecciones regionales. Los oligarcas dirigidos por el imperio tienen planes de reeditar la situación de Bolivia: intentan apoderarse de unas cuantas alcaldías y gobernaciones que utilizarían como base de apoyo para su agresión a la Revolución y al Comandante Chávez.
Así los fascistas venezolanos tendrán guarimbas para descargar su odio contra los humildes, se quitarán la careta y volverán los días cuando los calificaban de chusma y les olían mal.
En las elecciones debemos derrotar el intento de regresarnos a la agresión fascista. Debemos votar por los candidatos de Chávez, a los oligarcas ni tantico así.
¡Chávez es Esperanza Socialista!
¡Con Chávez, es con lo que Chávez decida!
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