Es una realidad incuestionable que en el interior de la Revolución Bolivariana ocurre una feroz lucha de clases, una lucha entre dos proyectos enfrentados a muerte: el capitalismo y el Socialismo, que por las características de la Revolución se ven obligados a convivir en un híbrido capital-Socialismo, que es transitorio y escenario de una feroz batalla donde uno de los dos terminará por desaparecer.
Ya hemos dicho que en estas circunstancias el deber de los revolucionarios, de los socialistas, es impulsar el Socialismo, fortalecer la Zona Socialista del híbrido. El Socialismo dentro de la Revolución debe acumular fuerza política, económica y moral.
Es necesario agrupar en una Zona a los logros Socialistas de la Revolución , los económicos, los sociales: los centros de producción, las fábricas socialistas, los fundos, los centros de mejoramiento agrícolas y pecuarios. Los canales de distribución, PDVAL, MERCAL, las Misiones.
La Zona Socialista económica debe ser territorio para la Planificación Central , para el control de la producción, allí se deben hacer ensayos de transacción no mercantil, de relación laboral diferente, de control y participación en la elaboración del plan por parte de los trabajadores. La Zona debe ser territorio para el Trabajo Colectivo Voluntario, o mejor, sólo la Zona Socialista puede ser lugar para el verdadero Trabajo Colectivo Voluntario, el que contribuye a la construcción del Socialismo.
En la Zona Socialista social se deben agrupar las Misiones, profundizar su carácter Socialista. Ellas son componente espiritual del Socialismo, se deben dinamizar, relanzar, retomar su núcleo Socialista, zafarlas de la parsimonia burocrática que le inyecta el ambiente capitalista, evitar que se conviertan en un elemento más del Estado paquidérmico heredado.
Esta Zona Socialista debe convertirse en bastión del Socialismo, allí deben orbitar la acción de los consejos comunales, la de los batallones, la de los Partidos Socialistas, de los medios de difusión del Estado.
Sólo afincados en la Zona Socialista podemos derrotar al capitalismo, defender al Socialismo, construirlo, incorporar al pueblo a su construcción y defensa, mostrarle al pueblo que vale la pena luchar por construir ese mundo Socialista, darle razones sagradas por las cuales luchar.
La Zona Socialista necesita una dirección, un Concejo de Planificación Socialista, que la dirija, planifique, controle.
La existencia del híbrido capital-Socialista no debe asustar ni decepcionar a nadie, es una manera propia de la Revolución Bolivariana de manifestarse el enfrentamiento de clases.
La lucha ha adquirido un nuevo nivel, ya la restauración, que pensaba que el híbrido era el escenario para derrotar a un Socialismo inerme, disgregado, distraído, se encontró con resistencia, sus pasos son detectados y enfrentados.
La lucha cada vez más evidencia su carácter de clase, por eso mismo adquiere una condición cada vez más cruenta, los capitalistas se desesperan y ensayarán represalias, primero con sordina y luego abiertamente.
El deber de los revolucionarios es enfrentarlos de la única manera que eso hoy es posible: construyendo Socialismo, difundiendo Socialismo, peleando por el Socialismo, construyendo la Zona Socialista.
El deber de los Socialistas es hacer el Socialismo.
Criticar es Amar
José Martí
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