La estrategia
oligarca es clara, se trata de enfilar baterías contra Maduro, aislarlo,
debilitarlo, dejarlo solo. Apelan al egoísmo, que nadie reaccione (como aquel
poema de Bertolt Brecht) hasta que ya sea tarde. Así piensan debilitar al
proceso, descabezarlo, abrir brechas en la dirección ¡Se equivocan!
Los oligarcas
todo lo ven a través del egoísmo, del individualismo, no pueden entender otro
sentimiento, la solidaridad les es extraña, la hermandad es desconocida, el
amor sólo a lo metálico, a lo que brille. Veamos.
Maduro es un
revolucionario, y la Revolución no abandona a sus hijos. Maduro es continuidad
de la corriente libertaria que desde Bolívar, Zamora, lucha en estas tierras.
Pertenece a la tradición de Fabricio, de Argimiro, de Américo Silva, de Jorge
Rodríguez, del Bachiller, de Iracara y Cantaura, del 4 de Febrero, de Abril, de
Diciembre. Representa legítimamente a estos héroes y a estas gestas. Corren por
sus venas los sueños de los que un día se fueron a las montañas a concretar las
esperanzas de este pueblo irredento.
El Comandante lo
designó para la dificilísima tarea de dar la cara por la Revolución en momentos
azarosos. Y así, nosotros, sin mezquindades, sin remilgos de ninguna especie,
lo reconocemos, lo apoyamos. Con Maduro seguimos ¡Irreverencia y
lealtad!
Los oligarcas, en
su mirada estrecha, se confunden con la Revolución, por eso es posible
derrotarlos, ignoran los cambios de la historia, se encierran en la cárcel de
lo establecido y no ven el sol del futuro, no perciben el movimiento de la
vida, la congelan en su sistema nefasto.
La
oligarquía analiza desde la miopía, con la cortedad de los fanáticos, todo lo
que Maduro y la Revolución dicen lo traducen a maniobra, a trácala, no pueden,
no saben hacer otra cosa. La advertencia de que "si siguen los
acaparamientos el pueblo saldrá a la calle", la entienden como un ardid
electoral, o como la búsqueda de una imagen de radical que por lo demás no
necesita. La Revolución es radical y confiere a sus dirigentes este
radicalismo, no necesitan crearse imágenes.
Cuando Maduro dice "el pueblo saldrá a
la calle", hace una advertencia y además una alerta para la masa. Pero
ahora no se repetirá el 27 de febrero, no será un motín que le sirva a la
reacción de excusa para una asonada militar con ayuda del exterior ¡No! Ahora
el pueblo está organizado, tiene líderes, sabe lo que tiene que hacer. Si
siguen por el camino de desestabilizar, la fuerza revolucionaria saldrá a la
calle y del capitalismo no quedará piedra sobre piedra, del régimen burgués
no quedará nada en pie. Profundizaremos, se cambiará todo lo que haya que
cambiar para proteger a la Revolución, se dará una lección de disciplina, de
orden, y de firmeza.
Si se meten con
Maduro, con Cabello, con Jaua, con Ramírez, con Jorge Rodríguez, con Arias… con
cualquiera de nuestros líderes, desatarán la tormenta que no cesará hasta ver
enterrada la estructura oligarca.
¡Con Chávez es
Con Maduro!
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