El papel de los Revolucionarios es hacer la
Revolución. Sabias palabras de Fidel que resumen un mandamiento central,
alrededor de esto orbita todo el empeño de los revolucionarios.
Los partidos revolucionarios tienen como deber hacer
la Revolución, esto es, ayudar, empujar allí dónde más falta hace. Hacer la
Revolución en la realidad, en la práctica, o como decía Marx: transformando al
mundo.
¿Cómo hacerlo?
Lo primero es estudiar, analizar la realidad,
interpretarla y, a partir de esa interpretación, determinar la ubicación del
esfuerzo transformador. Veamos.
Ya se ha dicho que Chávez es un milagro político y,
como todo milagro, ocurre en lo asombroso, en lo inesperado. Es en un país
imprevisto y por la punta equivocada, como diría Trotsky, que se empieza a
desenrollar la madeja de la historia. Chávez es el centro de esta
delicadísima Revolución, es necesario preservar su liderazgo. Esta es la primera
conclusión del análisis de la realidad.
La segunda conclusión es que hay una gran falla
ideológica. Venimos de una devastación teórica: la caída de la
Unión Soviética arrastró la teoría al foso, abrió atajos para desilusionar a
las masas con tesis que desarmaron a la política, haciéndola mero ejercicio
ecológico, lucha de minorías, racismo. Simultáneamente transitamos la
soberbia, combinación propiciadora para el invento sin base, para el extravío,
terreno fértil para experimentos de la pequeña burguesía, más interesada en
apariencias de cambio que en cambios profundos, los que verdaderamente
transforman al mundo.
Es necesario retomar el rumbo teórico, la praxis, vale
decir, la práctica dirigida por la teoría rigurosa. En este campo es donde los
partidos tienen, o deberían tener, mucho que aportar. La discusión debe
elevarse, las metas deben ser altruistas, se debe dejar de lado la búsqueda del
pequeño poder, la política sin contenido ni objetivo ideológico ¡Qué falta hace
una revista ideológica, un foro de discusión densa!
Los temas son muchos y variados: ¿Qué es la propiedad
de los medios de producción? ¿Cómo elevar la Conciencia del Deber Social? ¿A
cuál proyecto beneficia la entrada en Mercosur? ¿Cómo es la integración que
necesitamos? ¿Cuál es el concepto de potencia? ¿Pueblo o clases sociales? ¿Es
posible la democracia directa o es más democrática la democracia indirecta? ¿La
centralización, la integración nacional, la ALBA perdieron vigencia? ¿Cómo es
el internacionalismo de esta Revolución? ¿La soberanía tecnológica es posible
sin soberanía científica de primera línea? Estos son algunos de los puntos a
discutir, pero no podemos olvidar nuestra relación con la naturaleza, las
necesidades, la producción.
El deber de los revolucionarios está claro, es con
Chávez porque es la única posibilidad del Socialismo, no hay otra, es estar con
el estudio y la producción teórica que tanta falta hace.
Votaremos por los candidatos de Chávez, es la única
manera de mantener abierta la posibilidad revolucionaria. Que nadie se engañe,
la Revolución es con Chávez o no es. Eso de: “con el proyecto pero sin
Chávez” es traición, una burda trampa.
¡Con Chávez siempre!
1 comentario:
Muy buen análisis Antonio, en el caso de marras explicas algo muy importante que ojalá algunos revolucionarios que ostentan cargos de elección popular lo hicieran en la praxis y logren ayudar en la lucha ideológica que es donde creo que hemos ido perdiendo la batalla a tal punto que la revolución ha estado al borde del abismo.
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