31.10.12

LOS PILARES DEL HUMANO (Miércoles 31-10-2012)


La Revolución tiene como objetivo fundamental darle sentido a la vida humana. El hombre es un animal especial, capaz de interrogarse, de cuestionar su existencia, de filosofar. Así, su existencia escapa de las leyes de la biología, de la genética y adquiere reglas propias que lo convierten en creador de su vida, en hechura de sí mismo.
La principal búsqueda del hombre, su tormento más importante, es encontrar un sentido a su vida que vaya más allá de lo simple material. El sentido de la vida del hombre es la vida en sociedad, sólo en sociedad puede desarrollar su individualidad.
"La historia de la búsqueda de la vida en sociedad es la historia de la humanidad". El libre albedrío, la capacidad de pensar, de imaginar, lo que nos hizo humanos, tuvo un alto precio: nos transformó en nuestros propios enemigos. Ya Cristo nos llamó a restituirnos fraternos, a volver a ser humanos, a amarnos los unos a los otros.
 La fuerza que nos confiere pensar, la posibilidad de construir un mundo culminación de la creación, razón de todo el tránsito vital, vino acompañada de la capacidad de acabar con el maravilloso ensayo que es la vida. La vida en su evolución creó la posibilidad de su extinción: el hombre. Pero también es él la posibilidad de llevarla a niveles excelsos. Hoy vivimos días definitorios para la marcha de la humanidad. ¿En qué nos convertiremos? ¿En nuestros propios verdugos, o en nuestros propios dioses? La Revolución, su desenlace, es la respuesta a esta interrogante.
Siendo así, podemos precisar los retos, los objetivos y los pilares de la Revolución.
El primero y más importante es la restauración de la relación humana fraterna. Este objetivo incluye a todos, les da sentido. Todas las acciones deben tener esta meta.
La lucha principal es contra el egoísmo, la pérdida del sentido de sociedad que fragmentó a la humanidad desde los primeros tiempos. Una Revolución podrá hacer de todo en el área material, pero no habrá hecho nada si no ha modificado las relaciones humanas, si no ha avanzado hacia el "amaos los unos a los otros." Es así, la Revolución tiene que ser cultural, en el alma del humano. De otra forma sólo será una alucinación.
Por sobre la voluntad, las buenas intenciones de los revolucionarios, ésta será la medida, el "revolucionómetro" de la Revolución, no hay otro, no hay sustituto.
Ahora bien, el egoísmo, su ética, su conducta, emanan de una relación económica, con ella se entrelaza: es la posibilidad de que unos se apropien del trabajo de otros. Esta relación a través de la historia adquiere diferentes modalidades, desde el esclavismo hasta el capitalismo de hoy. Sin eliminar esta posibilidad de robo social es imposible superar el egoísmo, por eso es necesario lo que ya plantearon los cristianos primitivos: de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad. O como dijo Martí: ..."de todos por el bien de todos".
¡Con Chávez!

No hay comentarios.: