Las elecciones, así como esas ideas obsesivas que
padecen los enamorados, no se acaban de ir de la mente colectiva. Los
opinadores no cesan de analizar los números, los ponen cabeza abajo, los
relacionan con los del pasado, dicen que mejoraron, o que empeoraron, que van
bien, o que van mal… Todo en la virtualidad de las elecciones, que son sólo un
reflejo imperfecto de la realidad real, de las tensiones sociales que crecen en
los subterráneos de la existencia.
Las elecciones dejaron de ser una manifestación, un
componente, de la realidad y se constituyeron en su propio universo, con sus
reglas, iglesias, gurúes, un mundo donde alguien puede ser un estadista en la
mañana y en la tarde un pelele. Un mundo en el cual debajo de las piedras,
desde una oficina, surge un catedrático que por obra y arte de la superchería
es experto en kung fu y también en fabricar presidentes.
Esta realidad ficticia sería una buena diversión, un
reality show o una novela, si no fuera porque pretende dirigir y resolver las
contradicciones de la realidad real, entonces lo que podría ser una forma de
evasión, una distracción, se transforma en una enfermedad mental, en una
esquizofrenia que tiene graves consecuencias para la sociedad que la padece.
La narcosis electoral, el opio, funciona como un
escape de la realidad real, vivir en un mundo donde no hay rigor. Cualquier
palabrerío es adecuado, nadie pide cuentas, nadie se responsabiliza por los
vaticinios, nadie es culpable. Así se camina hasta que la realidad real toca la
puerta.
Es deber de los revolucionarios analizar las
contradicciones sociales, desechar las ilusiones del mundo virtual electoral,
ir a la fuente que el cretinismo no nos deja percibir.
Venezuela vive un delirio de prosperidad en un mundo
que se cae a pedazos, pero no se puede ser próspero en la profunda crisis del
mundo capitalista. Las dificultades de los pueblos y los obreros del
mundo nos llegan en forma de precios petroleros altos. Vivimos una ilusión
hasta que la ola de miseria que envuelve al mundo nos alcance, y cuando llegue
no estaremos preparados, aunque sí contentos, enceguecidos porque aumentamos el
porcentaje en las últimas elecciones.
Es necesario despertar. El país no puede seguir en
esta lógica de repartir el maná que nos llega del cielo y en ese reparto
transformarnos, de ser un pueblo libertador de un Continente, ejemplo para el
mundo por su talante bravío y altruista, a labrarnos pueblo mole, malcriado,
que culpa al gobierno de cualquier dificultad, incapaz de organizarse en poder
siquiera competente para recoger la basura en su cuadra, incapaz de superar su
vida fragmentada, egoísta.
La ilusión electoral, reducir el deber social sólo al
fugaz acto de pulsar a un candidato, no puede construirnos, o mejor,
reconquistarnos pueblo aguerrido. Las elecciones, ese opio, esa lógica perversa,
nos vuelve cada vez más un sarcasmo.
¡Con Chávez es con sus candidatos!
1 comentario:
MIENTRAS LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ESTÉN AL SERVICIO DEL CAPITAL Y LA POLÍTICA Y NO DE LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN DEL NUEVO SER HUMANO ESTAMOS PERDIDOS.. PORQUE EN LOS COMERCIALES TE INYECTAN EL CONSUMISMO MATERIAL Y EN LOS PÚBLICOS EL CONSUMISMO VACIÓ DEL IDEAL IMAGINARIO SIN PROFUNDIZAR EN EL CONOCIMIENTO LIBERADOR..EN VEZ DE MULTIPLICAR PROGRAMAS COMO CONCIENCIA DEL SUR TRATAN DE HACER PROGRAMAS TIPO CANAL COMERCIAL PARA " ENTRETENER". ESTAMOS JODIDOS LOS DIRIGENTES SON PARTE DE LA MEDIOCRIDAD Y EL EGOÍSMO LA CORRUPCIÓN Y EL ENTREGUISMO SON LOS PROTAGONISTAS, NOS SALVAMOS POR UNOS POCOS QUE EN ALGUNA MEDIDA SON CONSCIENTES DE LA MAQUINARIA Y LA ESTRATEGIA COMUNICACIONAL DEL IMPERIO... Y LOS QUE HACEMOS CRÍTICAS NOS EXCLUYEN...
FACEBOOK.LEÓN ARTURO REYES FARFAN
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