El mundo está en crisis, alarmados los grandes países por las caídas de sus economías, Europa conmocionada, los gringos batallando con una deuda descomunal, pero preparando agresión a Irán. Mientras esto pasa, a nosotros nos quieren imponer como tema de discusión, como preocupación principal, el hecho infeliz de un candidato beodo que le agarró el fundillo a un artista en una tarima, o los pequeños insultos de los candidatos de la mesa. El mundo gira y nosotros embriagados de estulticia.
¿Ese es el ambiente que vamos a vivir durante un año? ¿Es esa la formación política que nos espera? ¿Es así que vamos a prepararnos para ser ejemplo del mundo? Por ese camino, qué podremos mostrar sino la confesión de que no pudimos elevarnos.
Nos quieren conducir a terrenos de frivolidad. Es un crimen contra este pueblo privarlo de la seriedad de una discusión profunda, es condenar a la Revolución a campos de batalla menores, a descender a los bajos niveles de la cuarta, es pedirle al águila que cace moscas.
Esta Revolución no puede dejarse llevar a esos terrenos, nosotros tenemos la rara y quizá la última oportunidad de ser ejemplo para el mundo, un compromiso de demostrar que se puede vivir de otra manera, que el capitalismo no es una fatalidad y se puede sustituir.
Para la Revolución cada acción, cada campaña, debe ser una ocasión de formación, de elevación de la Conciencia del Deber Social.
La ideología enemiga, en todas sus formas, persigue convertir cada aspecto de la vida social, el arte, la política, el deporte…las elecciones, en una fuente de tonterías, de insignificancias. De esa forma impiden la madurez de la población, obstaculizan el pensamiento riguroso, incapacitan a la masa para entender la dominación a que son sometidos y castran cualquier posibilidad liberadora.
Es claro, la Revolución debe pagar la deuda social, debe ocuparse del buen vivir, o del vivir bien, pero debemos entender que el rescate de la humanidad no está en el logro material, éste siempre debe estar subordinado a la elevación espiritual. La liberación del hombre no se consigue con los infinitos logros materiales, los procesos que cayeron en esa tentación están en los mausoleos.
La liberación del hombre capitalista sólo es posible con la creación del Hombre Nuevo que tanto aterra a los pequeños burgueses, este nuevo hombre conquista un tesoro inagotable de felicidad al encontrarse con sus potencialidades espirituales: satisface sus necesidades materiales sanas, se eleva a niveles sublimes y desconocidos de fraternidad, de amor, de creación, conquista una tranquilidad nunca antes experimentada por ninguna sociedad, y construye lo que los antiguos imaginaron como el cielo.
Así, de adentro, de sus entrañas, emerge refulgente el humano que siglos de barbarie mantuvieron aplastado.
Sería una falla inmensa que la Revolución teniendo tanto avance que mostrar, tanto logro que esgrimir, tanta grandeza que discutir, cayera en la candidez de batallar en el terreno que el enemigo propone.
¡Con Chávez construiremos un Hombre y un Mundo Nuevo!
2 comentarios:
Excelente, ojalá muchos leyeran este artículo.
No veo la forma de compatirlo en Facebook.
Llegará el momento en que a él pueblo de colombia sele haga justicia y tengan una mejor vida. Inclusive el dia en que entiendan las ideas de nuestro presidente Chavez y dejemos a un lado las diferencias política,sociales, religiosas y trabajemos todos juntos por un mundo mejor.
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