1.10.11

EL CRÍTICO MOMENTO (Sábado 01-10-2011)

El momento está lleno de retos para la Humanidad. Vivimos una época inédita, nunca antes el hombre se enfrentó a su extinción, nunca antes la condición humana estuvo tan profundamente en entredicho.

La situación exige del coraje y la inteligencia de los dirigentes, si no sabemos resolver la grave encrucijada, dar un giro drástico en nuestra manera de vivir, de organizarnos, de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza, entonces será el fin del hermoso experimento de la vida, la vida habrá creado a su propia destrucción, a su propio verdugo: la especie humana.

Es urgente ese giro drástico, el tiempo de la raza se agota. Es de vida o muerte superar al capitalismo. De esto se dan cuenta muchos gobernantes, la última reunión de la ONU estuvo repleta de discursos denunciando la situación… pero aún no se llega a proponer el salto, todo queda dentro de la misma lógica del capitalismo. En la reunión de la ONU no apareció la palabra Socialismo que, sabemos, es la salvación de la Humanidad… Este hecho es alarmante, llama a la autocrítica. El proyecto Socialista debe ser presentado al mundo.

El problema debe ser planteado en su verdadero origen: hablar del sistema capitalista como causante de la tragedia humana y, más allá, todos los sistemas que en la historia se han basado en el egoísmo y en la apropiación del trabajo ajeno, denunciar al neoliberalismo y, al hacerlo, denunciar también al capitalismo en todas sus formas, no hay capitalismo bueno. Si no lo hacemos daremos vueltas en círculos, mientras tanto el mundo sigue su camino hacia el abismo. Caben aquí las palabras de Chávez en alguna cumbre, cuando dijo que apagamos el incendio pero dejamos suelto al incendiario, o el pensamiento del viejo de Los Miserables, que se lamentaba porque la Revolución había destruido los molinos, pero había dejado intacto el viento que los movía.

Aquí en Venezuela confluyen las condiciones para dar ese salto, para dar el giro radical, acabar con el viento que mueve los molinos capitalistas. Esa es la principal causa del ataque del imperio. El petróleo, las riquezas, son secundarias. Al monstruo le preocupa más el ejemplo, la chispa que encienda la pradera.

Los imperialistas, tal como lo advirtió el Che, tienen más olfato, mucho mejor que el nuestro para detectar a sus enemigos. Nosotros aún no nos valoramos lo suficiente, no percibimos la importancia de las potencialidades que tenemos. El imperio está interesado en truncar a la esperanza cuando aún es embrión.

Nosotros podemos marcar el camino hacia la redención, esa es nuestra tarea en esta hora de la humanidad. Debemos construir una sociedad que sea ejemplo de nuevas relaciones, de una nueva manera de vivir, una sociedad socialista, y gritarla al mundo como la salvación, como cuando el náufrago grita la tierra que avizora.

Emprendamos el camino y preparémonos para enfrentar la embestida capitalista de la única manera que eso es posible: demostrando que somos dignos herederos de los Libertadores.

¡Con Chávez habrá Humanidad!

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