Una Revolución, que es en esencia el establecimiento de nuevas relaciones humanas, debe construir territorios materiales y espirituales que alberguen estas nuevas relaciones Socialistas.
Sabemos que el hombre verdaderamente conoce lo que somete a su práctica, ésta es indispensable para la comprensión cabal del Socialismo.
Cuando la Revolución está en la fase de toma del poder, la práctica socialista ocurre en las organizaciones revolucionarias, y de la calidad de esta práctica previa a la toma del poder depende en gran medida la calidad de la concreción revolucionaria.
La Revolución Cubana tuvo esa práctica en el Granma y en la Sierra Maestra. La recuperación heroica del combatiente que cayó al agua desde el Granma es muestra clara de esas nuevas relaciones, que luego se manifiestan en la solidaridad internacional de la Revolución en toda su historia. Aquel núcleo que desde su inicio practicaba la relación socialista, pudo irradiarla a toda la sociedad.
Cuando la Revolución alcanza el poder, y con él la posibilidad de socializar las nuevas relaciones, es indispensable establecer el mayor número posible de zonas donde éstas ocurran. El futuro de la Revolución dependerá del éxito en estos territorios.
Uno de los primeros serían las fábricas y su integración a la planificación centralizada, los centros de trabajo, la organización social y, al final, todos los agrupamientos sociales deben ser ejercicio de estas nuevas relaciones. Son barricadas, se oponen a la relación capitalista egoísta que impregna a la vieja sociedad.
Se desprende que todos los planes de estudio, de formación socialista, de apropiación de su espiritualidad, deben ser teóricos y prácticos. El Che Guevara entendió la importancia de la práctica en la adquisición del conocimiento, en la formación de una nueva espiritualidad socialista, y ésta define su planificación económica.
El estudio de la teoría revolucionaria que recoge la experiencia universal, y la práctica que le da sentido, son indispensables para la comprensión cabal del Socialismo.
Hoy el centro de la práctica socialista es el Trabajo Voluntario, sin él no es pensable entender el Socialismo, sentirlo. De allí que toda zona socialista, grupo de estudio, debe tener como pilar de su actividad al Trabajo Voluntario.
El estudio del Socialismo, su conocimiento, su apropiación, debe ser ubicado en la realidad, entonces es necesario que se haga partiendo del acontecer político diario.
Por ejemplo, desde los planteamientos de fedecamaras, analizar las características de la burguesía expoliadora, rentista y dependiente del imperio. Si estudiamos a la mesa de la derecha comprenderemos con claridad la expresión política de esa burguesía. Si prestamos atención a la situación en Guayana percibiremos nítidamente los extravíos obreristas. Observando a los trabajadores petroleros entenderemos la pugna entre la clase obrera encontrada con su ideología y el reivindicativismo entreguista que se niega a morir. Las agresiones del imperio muestran su naturaleza. Explorando en la realidad del campo revolucionario, en el comportamiento de la base, hallaremos los problemas de la incorporación de los humildes a la idea revolucionaria.
¡Con Chávez habrá Patria!
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