El Grano de Maíz que afirmaba: …"el Capitalismo está más fuerte que nunca", levantó muchos comentarios. Unos entendieron, en lectura apresurada, al capitalismo invencible, otros interpretaron la fuerza del imperio residiendo en poseer muchas armas y riqueza, otros, los menos, se descorazonaron. Comentemos.
La inmensa fuerza de un imperio no lo hace invencible, pensar así sería negar la historia. Todos los imperios han desaparecido, desde el Zarismo de todas las Rusias, hasta el poderoso imperio inglés y el imperio español. Este del capitalismo también caerá.
El derrumbe del capitalismo no será espontáneo, mecánico, dependerá de la acción de los hombres. Y, ya es sabido, antes de su sustitución por el Socialismo puede el capitalismo, dado su impacto sobre la naturaleza, acabar con la vida en el planeta. Es con el capitalismo por primera vez en la historia de la humanidad cuando surge la urgencia de sustituir un sistema social. Antes, este dilema nunca había estado presente. Cada día toma más vigencia el conflicto Socialismo o muerte, Socialismo o extinción, Socialismo o la nada. En la lucha por sustituir al capitalismo va la existencia de la humanidad.
En esta situación, conociendo la posibilidad de derrotar los imperios y comprendiendo la urgencia de superar al capitalismo, la pregunta que surge es:
¿Cómo vencerlos? Busquemos respuesta.
En la historia conseguiremos muchas enseñanzas. El Libertador, vencedor del imperio español, es de obligado estudio.
Salta en la primera aproximación a su pensamiento y acción, una clara, definitiva y persistente idea estratégica: "La Independencia." Sin matices, innegociable, siempre presente. La convicción de la posibilidad de concretar esa idea estratégica, en cualquier condición, por sobre cualquier dificultad o desventaja, no importando la fuerza enemiga. Buscar su concreción con desespero, sin rendirse, sin dudas, sin opción, como un náufrago busca la tabla donde le va la vida.
Esa idea estratégica, esa pasión y convicción en su búsqueda, están en el fondo de las hazañas de la Revolución Cubana, de Fidel en Alegría de Pío, del asalto al Cuartel Moncada, está en el espíritu del tren sellado de Lenin, y está también en el Samán de Güere, y en las jornadas de abril.
No se puede hacer una Revolución sin esa pasión por la idea estratégica.
El otro componente vital del enfrentamiento al imperio es sumar a la pasión del objetivo estratégico, la fortaleza de una ideología nítida, enriquecida con la práctica y el pensamiento universal. Un imperio, aunque poderoso, no resiste los embates de una idea justa y una pasión desbordando los límites de la cordura. Cabe aquí el pensamiento martiano: "una idea justa desde el fondo de una cueva puede vencer a un ejército."
En conclusión: el capitalismo es más poderoso porque no encuentra en su camino el obstáculo de la pasión y la idea alternativa, el riesgo de fundar mundos. Enfrentarlo de esa manera, con esas armas, es el reto de la Revolución Bolivariana.
¡Irreverencia y Lealtad con Chávez!
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