16.8.11

FIDEL (Martes 16-08-2011)

El Fidel del que hoy hablamos tiene la edad de la juventud, vive en el recuerdo de quienes, guiados por su valentía, lo imitan, rompen dogmatismos y van con su sangre y sudor a fundar el mundo que soñaron los majaderos, los Cristos, los Libertadores, los Quijotes, los Che.

Lo conocimos por su voz que llegaba desde la Sierra Maestra, y que metálica, como campana, llamaba a comprender, a darnos por los demás. Era el Sermón de la Montaña que regresaba, los días magníficos cuando el espíritu superaba la materia, estaban de vuelta.

Un puñado de jóvenes insistía en tocar las puertas de la audacia, sólo así se hace historia, se funda al humano. Nos conmovimos y nos hicimos fidelistas, lo acompañamos en la Sierra, juramos correr su misma suerte.

¡Fidel! como te agradecemos que nos hayas devuelto la manera de ser humanos, perseguidores de un ideal, con el fuego interno del que busca tesoros en el viento y no en el sudor de los demás.

Nos enseñaste que ser humano es volar construyendo utopías y no reptar tras un bien material, que el amor arropa y alimenta más que cualquier limosna obtenida en la mediocridad de una vida planificada por extraños.

¡Cómo te elevaste en el Moncada! ¡En el Granma! ¡En la Historia me Absolverá!

¡Oh! Fidel gracias por jalarnos hacia el huracán de la existencia humana verdadera.

Te vimos con tu morral y tu fusil al hombro, y nos fuimos tras tu mirada a buscar la dignidad en las montañas, allá donde el hombre vale por la fraternidad.

Fundamos un nuevo mundo como tú nos enseñaste, era pequeño, se extinguió, pero conocimos que es posible, y vivimos queriendo dar la buena nueva al resto de la humanidad: existe otra manera de vivir, no es necesario ser lobos, podemos ser hermanos.

Cristo tenía razón. En ese gran universo pequeño, donde la suerte de uno y del todo se fundían, conocimos, sentimos, al Socialismo de Guevara, tu compañero de sueños, de Lenin, guía de todos nosotros.

Dicen que tienes más de ochenta años, para nosotros siempre tendrás treinta y tres, la edad en que Cristo bajó de la Sierra Maestra, en que la paloma blanca del espíritu se posó en su hombro en La Habana capital de la Humanidad liberada.

Fidel, siempre andarás con nosotros, mirada que guía y enseña, ejemplo, espuela para las grandes tareas y los grandes riesgos.

¿Qué regalo podemos darte hoy y siempre? Sólo uno cabe en tu vida de gigante, el que pediste para tus compañeros del Moncada: “luchar para que su sacrificio no fuera vano, construir el nuevo mundo por el que ellos dieron la vida”. Eso te daremos.

Aquí estamos Fidel, te saludamos en tus nuevos treinta y tres años, prenderemos velas por ti, y por ti gritaremos ¡Patria Socialismo o Muerte!

Por vencer lo daremos todo.

¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!

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