La realidad, la historia nos dice que el imperio convierte todos los ámbitos de la vida social en política, es decir, en defensa de su sistema capitalista.
No hay rincón ni actividad social que se escape de ser utilizado para perpetuar, reproducir al sistema. Es así con el arte, las películas, el teatro, la economía, la organización social, todo es penetrado por el imperio capitalista y puesto a su servicio, o mejor, toda la sociedad es escenario de la lucha feroz entre el capitalismo y el Socialismo.
Recientemente aparece en la prensa escuálida, en primera página la siguiente noticia:
“Consejos comunales formaron un frente para combatir la exclusión"
1.000 consejos comunales que no han podido registrarse en Fundacomunal crearon ayer una organización. En una asamblea que se realizó en la plaza Brión de Chacaíto, varios representantes de estas asociaciones explicaron sus razones: sin ese trámite no pueden recibir recursos para sus proyectos. En muchos casos, se niega la certificación por razones políticas. Por eso, recolectaron firmas para apoyar la integración legal del Frente Nacional de Consejos Comunales Excluidos.”
Uno de los promotores de este frente es willian ojeda, por si alguna duda de las intenciones había. Como pensaba el Che, el imperio tiene fino olfato para detectar lo que le conviene y lo que debe eliminar. El enemigo entendió, antes que nosotros, que los Consejos Comunales son ante todo instrumentos políticos, y para que ejerzan bien su labor deben estar integrados, y los integró en este frente antigobierno, antisocialista, usando el ropaje del trabajo comunal.
La Revolución, acicateada por el látigo de la contra, debe dar un paso más allá y organizar a los Consejos Comunales en un tejido nacional, única manera de constituirlos en fuerte trinchera en la defensa del Socialismo, que es la verdadera defensa de sus problemas inmediatos.
Los Consejos Comunales deben entender, y que lo hagan es labor del partido y del gobierno, que la solución de sus problemas sólo es posible en Socialismo, que si la posibilidad se pierde, si el país cae de nuevo en manos de los capitalistas de antaño y ogaño, entonces, irremediablemente, vendrán los días de miseria espiritual y material, pero multiplicados por miles.
Por eso la lucha contra los problemas del barrio debe ser la batalla por el Socialismo. El capitalismo no puede resolver los problemas que el mismo creó.
La tarea de crear este tejido de los Consejos Comunales es vital, urgente. El capitalismo nos ataca en ese frente, la respuesta es avanzar, sólo ese tejido será barrera contra el egoísmo que crece en los Consejos aislados, y sólo ese tejido puede absorber las enseñanzas, la ideología, la solidaridad que es soporte del Socialismo.
Nunca en la historia habíamos estado tan cerca de darle concreción al Socialismo, a la nueva sociedad, al hombre nuevo. El tejido social nacional de los Consejos Comunales y las Comunas es un paso importantísimo en ese camino.
Los Consejos Comunales aislados son débiles frente a la seducción capitalista.
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