La Revolución Pacífica es capturada en un falso dilema: Democracia o Dictadura. Las definiciones las hace el imperio capitalista.
Democracia es lo que ellos digan que es democracia. Así, Honduras hoy es democracia, y pinochet también lo fue, no importa nada, sólo la certificación del imperio.
Dictadura es lo que se salga de los parámetros impuestos por el imperio. Cuba, donde si hay respeto absoluto por los derechos humanos, la sociedad se importa de la suerte de sus hijos, ningún niño se acuesta sin comer, la atención en salud y educación es un derecho cumplido, ese país, con cualidades de libertad nunca alcanzados por ninguna otra sociedad, ese país es calificado como dictadura.
Cuando les conviene acusan a Chávez de dictador, también a Evo y hasta Correa lleva lo suyo. Está claro que el falso dilema es una estrategia del imperio capitalista.
¿Cómo romperlo?
Lo primero es entender y difundir que la única alternativa a la hipócrita democracia capitalista, burguesa, no es la dictadura. La democracia capitalista es una ilusión que enmascara el gran robo de los capitalistas que se apropian de la riqueza que pertenece a toda la sociedad. La única democracia verdadera es la socialista, porque no puede haber verdadera liberación sin liberar a la sociedad de la apropiación del trabajo ajeno, de la riqueza social.
En otras palabras, debemos defender sin sonrojos al Socialismo frente a las formas políticas y económicas capitalistas. Dejar sentado que no puede haber verdadera democracia en el capitalismo, ni puede haber economía eficiente. La economía capitalista siempre es explotadora del humano, agresiva con el ambiente. Es así que no puede haber fábrica capitalista buena, tolerable, la “mejor” fábrica capitalista le hace más daño a la sociedad, a la humanidad, que la “peor” de las fábricas socialistas.
Desde esta base teórica clara se debe enfrentar al Enemigo Capitalista (porque en la lucha por la revolución hay enemigos) de la única manera que esto es posible: con la movilización de las masas, su educación, su organización verdadera, la que garantice su capacidad para defender y construir el Socialismo.
Es necesario consolidar la lógica del Socialismo, su legalidad, romper de raíz con el capitalismo, con su lógica, su legalidad. No es pensable hacer una Revolución y al mismo tiempo mantener, buscar la certificación de los hipócritas demócratas mundiales, de la oea, de la cúpula eclesiástica, de las elites políticas, en resumen, esperar que la canalla nos aplauda.
La conciliación, la concertación, siempre ha significado la derrota de la Revolución , así lo dice la historia, nos lo dice Miranda, El Libertador en el Manifiesto de Cartagena, la Campaña Admirable , y también nuestra historia reciente, recordemos Abril, que dio pie para la preparación del gran sabotaje petrolero.
El Socialismo sólo tiene una posibilidad: hacerse en contra del capitalismo y del reformismo, las concertaciones lo debilitan, confunden a la masa revolucionaria, los límites difusos disminuyen la pasión revolucionaria. Y Revolución débil es víctima fácil del patíbulo capitalista.
¡Chávez es Garantía!
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