27.2.11

EL MAPA IDEOLÓGICO, CONTRA QUIÉN LUCHAMOS (Domingo 27-02-2011)

Sólo un mapa ideológico nos permitirá tomar posiciones de éxito en esta guerra por la construcción del Socialismo y la defensa de la humanidad. La Historia, esa insuperable maestra revolucionaria, es muy clara en sus lecciones, siempre debemos volver a ella, tenerla debajo de la almohada. Veamos.
En toda oportunidad Revolucionaria surgen tres corrientes principales, hay otras, pero suelen ser de poco bulto. Veamos cómo se manifiestan entre nosotros.
Una es el capitalismo franco que propone atarnos al carro de la globalización, ir atrás de los grandes imperios, de las transnacionales, bailar la música que tocan los países desarrollados, arrodillarnos ante Davos.
Esta corriente es defensora abierta de la propiedad nosocial y del egoísmo, lo hace sin complejos, lo fundamenta en su arte y su ciencia.
Frente a ésta encontramos a la ideología de la pequeña burguesía, siempre dudando, pusilánime, hace un magnifico diagnóstico de la realidad mundial bajo el capitalismo, se rasga las vestiduras ante tanta hambre, tanto excluido, ataca a los grandes acaparadores de alimentos, malucos capitalistas… pero, a la hora de las soluciones, se acobarda y comienza a dar vueltas para no ir al meollo del asunto. Pretenden hacer una tortilla sin cascar los huevos.
La historia entre nosotros no es nueva, a mediados del siglo pasado copó la escena política: la socialdemocracia, representada por los adecos, y con los pecevecos en el vagón de cola, proponían una suerte de Liberación Nacional, que no era otra cosa que el desarrollo de burguesías nacionales, de postergar el Socialismo para remotas épocas, es el llamado pensamiento reformista. Ya el Che decía que en estas tierras las burguesías siempre se entregaban al imperio.
Ya lo decían los clásicos: si no existiera el reformismo la Revolución sería una realidad en todo el planeta. Y otros explicaban: embriaga a un reformista y saldrá un capitalista. No se equivocaban, el planteamiento reformista fue el origen, devino en el tenebroso pacto de punto fijo, y en nombre de Juan Bimba se vendió la patria al capitalismo y se persiguió con saña a los Revolucionarios.
Hoy, con la posibilidad de la Revolución Bolivariana, se repite la historia. El reformismo plantea, con matices, construir, reforzar una burguesía nacional, que, para disimular, nombra como “sectores productivos”. Propone una suerte de híbrido inviable, un capitalsocialismo, que es una manera de deslizarse al capitalismo.
En esta hora de definiciones que surgen del avance de la Revolución, esta corriente, aunque parezca paradójico, tiene como principal enemigo a los Revolucionarios, a los que plantean los cambios profundos que guíen hacia el Socialismo.
La tercera corriente es la revolucionaria, propone Conciencia del Deber Social entrelazada con la Propiedad Social de los medios de producción. Es decir, ir más allá de las metas socialdemócratas, transitar la vía al Socialismo.
Ese es el mapa ideológico, es guía de la política. Los capitalistas francos y los reformistas, desde ambos lados de la talanquera, son enemigos de la Revolución, porque son antisocialistas.
¡Con Chávez Resteados!

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