La fragmentación es uno de los principales soportes de la cultura de la dominación. Es fragmentando la realidad y la espiritualidad como el sistema capitalista impide que se evidencie la explotación y se luche contra ella.
Según esta trampa, los eventos de la naturaleza ocurren por azar, sin causa ni relaciones. Así a la sequía no la relacionamos con las agresiones a la naturaleza, ni a éstas con el sistema capitalista.
La pobreza, la delincuencia, la burocracia, la corrupción, serían fenómenos aislados, no tendrían nada en común entre ellos, ni relación con el sistema, así nunca pensamos en la causa primera, el capitalismo.
De esta manera se puede ser capitalista, militante de la ideología y la cultura egoísta que sustentan los males sociales y al mismo tiempo andar gruñendo contra ellos.
La primera fragmentación que nos imponen es la separación del mundo espiritual del mundo material, el discurso desprovisto de realidad. Se crea así una ficción que nos domina. Esta separación que provoca, sin duda, una patología social, nos transforma en una sociedad demencial.
El mundo de ficción creado por el discurso, en todos los niveles, artes, cine y los medios de nocomunicación, mezcla lo imaginado, la fantasía, el espejismo por ellos transmitidos, con lo real, disuelven los límites. Así, el reality show es tan real como la vida, y la vida es tan reality show como la ficción. Nos comportamos como si viviéramos dentro de un programa de televisión o en un video juego, imitamos a los actores de la telenovela, tanto como los actores simulan la vida. No importa si perdemos, siempre estará la opción de “game over” en el juego de video en que hemos convertido la vida.
Así crean religiones, valores, miedos, manipulan conductas, justifican acciones. Y también crean “dictaduras”, y “movimientos heroicos” contra estas dictaduras mediáticas.
En Venezuela padecemos esta patología de lo imaginado desligado de lo real. Resalta cómo han manipulado la visión del gobierno más libertario de la historia nuestra, hasta construir una ficción de dictadura que justifica una “resistencia sacrificada”.
Son expertos en estas prácticas de desmembración de la psiquis. Así establecen desabastecimientos, racionamientos falsos, necesidades artificiales, miedos infundados, así organizan las condiciones para derrumbar gobiernos.
Es imprescindible que la Revolución presente batalla en este campo. Mucho se habla de fallas comunicacionales, es verdad, pero no son de equipos, que hay bastantes, ni de frecuencia de cuñas, que son altas, tampoco de horas de transmisión. Las carencias principales están en otra parte. Veamos
No dirigimos el mensaje al alma colectiva para reconstruirla y fusionarla con la realidad, nos conformamos con lo superficial del dato aislado. El contenido es débil, nos deleitamos describiéndonos a nosotros mismos. El mensaje carece de futuro, no anuncia la nueva sociedad.
Es necesario educar a el alma colectiva, los individuos no son usuarios pasivos de los medios, sintonizan buscando orientación, son desconcertados que solicitan enseñanzas, instrucciones, alivio para los tormentos del alma que produce el capitalismo.
¡Con Chávez Resteaos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario