No es la primera vez que la oligarquía aprovecha fenómenos naturales para sus fechorías políticas. Lo hizo desde el propio nacimiento de estas repúblicas americanas. Recordemos que en el terremoto de Caracas de 1812 difundieron la patraña de que aquello era castigo de Dios, lo que obligó al joven Bolívar a refutar la infamia con su celebre: “Si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.
Pero casi dos siglos después en 1999, cuando la vaguada del litoral central, en momentos en que se aprobaba la Constitución, los mismos clérigos fieles a los imperios repitieron la mentira, quisieron manipular en coyunda con los medios de nocomunicación. A Dios gracias, fueron derrotados.
Ahora con las dificultades de las últimas lluvias regresan los heraldos negros oligarburgueses a tratar de aprovechar la tragedia para hacer demagogia y manipulación con los que sufren. Saben que la conmoción de la desventura es terreno propicio para el engaño, llegan como buitres a sacar provecho de las penurias de los que ellos despojaron.
La situación es gravísima, más por lo que presagia que por lo que hoy sucede. Veamos.
La sequía que nos colocó en emergencia eléctrica, las lluvias exageradas de hoy, son señales dramáticas del desajuste climático que padece el planeta. Ya lo han dicho los grandes pensadores: el desequilibrio ecológico pone en peligro la vida en el mundo, que corre riesgo de extinción. Lo que sucede hoy son señales de lo que vendrá mañana.
Es sabido, ya está estudiado, la Tierra no aguanta más la agresión de la humanidad capitalista, no es soportable la contaminación, la elevación del CO2 atmosférico, la desertización.
Las grandes compañías contaminantes, los países industrializados, no están interesados en soluciones, su único objetivo es reproducir el capital, acumular riqueza, no importa a costa de qué. Pagan muchos millones para mantener oculta la gravedad de la situación.
Vemos con estupefacción que suceden cumbre tras cumbre y no aparece ni siquiera una esperanza, ni la mínima voluntad de enmienda. Sólo proclaman que la humanidad se enfrenta al mayor peligro de toda su historia, ya es imposible ocultar la calamidad. Sin embargo, el capitalista dirige a la humanidad al patíbulo, deslumbrada en la paradoja de consumismo y miseria.
¡Hay solución! Los organismos de la ONU, encargados de buscar salidas al desastre mundial profetizado, llegaron a la conclusión de que la vía era el Socialismo: la demostración era Cuba. Aquella sociedad integrada, ha conseguido superar pruebas que, sin duda, hubieran arrasado a una sociedad fragmentada.
Todo está revelado: el capitalismo produce desequilibrios severos, éstos producen tragedias cada vez más frecuentes y cada vez más profundas. La solución reside en el camino al Socialismo.
De allí que, los que trabajan por el Socialismo, lo están haciendo por construir un futuro viable para la humanidad, sólo una sociedad integrada podrá hacer frente al desequilibrio ecológico. Sólo los revolucionarios se importan, hoy y en el futuro, de la felicidad de los humildes. Los oligarcas los pretenden engañar de nuevo con espejitos.
¡Chávez es Garantía!
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