8.5.10

¿QUIÉN LANZA LA PRIMERA MEDIDA ?

Ya es aceptado que el capitalismo nos conduce a un desastre ecológico definitivo, todos los días sentimos las consecuencias desastrosas de esta manera de vivir. Los mares, el aire y la tierra sufren la inmisericordia capitalista.
Hoy asistimos imperturbables a un asesinato en masa en el Golfo de México. Allí millones de barriles de petróleo se derraman sobre la vida, el mar lo convierten en un cadáver líquido, pestilente, que anuncia el fin que parece irremediable.
¿Quién es el culpable?
Podríamos responder que es la compañía inglesa dueña de la plataforma petrolera, pero sería una respuesta de ciego, una salida artificiosa, evitar el centro del problema. Podríamos decir que es el imperio, y tendríamos razón, pero no sería suficiente, sólo es cumplir un requisito, algo que ya se transforma en rito. De esa forma no tocamos el fondo del asunto, no estamos en condiciones de buscar soluciones.
La culpable es la Humanidad, atrapada en la lógica capitalista, consumiendo desaforadamente, produciendo demencialmente, arrastrando un sistema de vida que el planeta no soporta. El capitalismo no es algo externo a nosotros.
Desarrollamos una tecnología que soporta esa manera de vivir, que es una tecnología con una fuerte carga destructiva, construida para servir al capital, ya pasaron los días en que la tecnología era neutra, ahora sucumbió ante la voracidad del capital y se ha convertido en instrumento de la destrucción. Miles de misiles nucleares ilustran claramente el desquiciamiento de la Humanidad y el luciferino carácter de la tecnología capitalista.
No hay dudas, estamos viviendo los últimos días de la vida, y nos comportamos como alegres e inconscientes festejantes que siguen bailando en medio de un incendio que amenaza a todo el globo.
Es necesario hacer, ya no basta hablar, denunciar. Copenhague pasó sin consecuencias, el mundo siguió su carrera al abismo, se incrementó el paso, se vendieron más carros, se consumió más petróleo, se contaminó más. Así pasarán todas las cumbres, esa no es la solución.
La respuesta debe buscarse en la humanidad, alguien, alguna sociedad debe dar el ejemplo, lanzar la primera medida, demostrarle al mundo que el capitalismo es superable.
La Humanidad no puede seguir viviendo como hasta ahora, es necesario cambiar radicalmente, zafarse de la lógica del capital, de sus leyes, de sus costumbres.
El Socialismo no puede ser, no es posible, si lo consideramos un simple aumento de las fuerzas productivas, una mejor distribución. El Socialismo tiene que ser un cambio profundo de las necesidades de la sociedad, y una manera diferente de satisfacerlas.
Sólo así construiremos una nueva civilización, una nueva Conciencia del Deber Social, nuevas relaciones.
Nosotros podemos, debemos dar el ejemplo, nuestras acciones deben tener como objetivo liberarnos de las necesidades capitalistas que nos atan a su lógica. Sólo de esa manera lograremos sustituir la producción que enriquece al capitalista, por la producción para satisfacer las necesidades naturales de la humanidad.
Sin superar las necesidades capitalistas no es posible la Revolución.
¡Chávez es Socialismo!

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