El objetivo del imperio gringo está bien definido: es necesario aplastar el Socialismo que rejuvenece con fuerza en el Continente, es un “mal ejemplo” para el mundo.
No pueden tolerar que los pueblos de la América demuestren que los ricos no son necesarios, que el imperio no es preciso. Les aterra que Bolívar y el Che unidos en un solo pensamiento recorran a la América liberando mentes y corazones, fundando el nuevo mundo y al Hombre Nuevo.
Toda la estrategia imperial tiene como fin degollar esa esperanza que nace. Han estudiado con detenimiento el plan de ataque. Podemos definir el centro de la campaña antisocialista con la palabra “aislar”, separar a los países de la ALBA, enclaustrar a Cuba y derribar a la Revolución Bolivariana. Piensan de esa manera frustrar el impulso socialista.
Saben que la hermandad reencontrada de Cuba y Venezuela, después de siglos de separación artificial, inicia en el Continente un camino de unión que nos hará, tal como decía Bolívar, un polo de equilibrio. Es la Unión de los Socialistas, de los pueblos que buscan con pasión su liberación, es la concreción del sueño de los Libertadores, por el que dieron su vida: una América Grande en todos los sentidos, viable, ejemplo para el resto del planeta.
Es en este paisaje que debemos ubicar la campaña de ataques que hoy hacen a Cuba los plumíferos, filosofastros y demás alquilados. Son parte de la guerra que el imperio decretó contra el brote Socialista.
La Campaña contra Cuba Socialista busca debilitar al Gobierno Revolucionario Bolivariano, es preparación para un zarpazo. Contra Cuba apelan a un nacionalismo egoísta que ya asesinó al Libertador.
El Libertador fue víctima del nacionalismo mezquino de Santander y Páez. Fue así, fragmentando a los países de la América pudieron esclavizarla.
El nacionalismo excluyente es una formidable arma para inocular en los pueblos las pasiones más infames para esclavizarlos con eficacia y para conducirlos a las peores crueldades que conoce la historia. Al contrario, el sentimiento universal siempre ha acompañado las mejores empresas del humano, ha suscitado los mejores pensamientos del hombre, sus mejores creaciones.
Los pueblos deben comprender, es tarea principal de los revolucionarios, que sólo la fraternidad, la alianza estrecha entre ellos, puede preservar a lo nacional, que sólo en la medida en que seamos más universales protegeremos a lo nacional. Que los dos sentimientos, lo universal y lo nacional, sólo pueden ser grandes si se potencian. Sólo se puede amar a la nación, al terruño, si amamos a la humanidad toda.
Bolívar luchaba por liberar al Perú porque sabía que esa era la única manera de liberar a Caracas, su amada Caracas. Nadie será verdaderamente libre, si la humanidad no es libre.
Los gringos siempre han apelado al egoísmo para implantar su dominación. Los ataques que hoy sufrimos deben ser enfrentados en el alma de los pueblos sembrando la nueva relación amorosa entre ellos, difundiendo el pensamiento universal, nacionalista, del Libertador.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!
¡Sin Socialismo no hay Patria!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario