Una noticia estremece el alma, refuerza la fe en la salvación de la especie. Veamos.
Nos dice TeleSur: 03 de abril 2010.-
“Un grupo de prisioneros de la base que Estados Unidos mantiene de forma ilegal en Guantánamo, Cuba, están apartando una parte de sus alimentos para donarlos a las víctimas del sismo de Haití, dijo este viernes uno de sus abogados”.
Ellos, que están en condiciones infrahumanas, sometidos a las torturas de una cárcel abominable, en manos de un imperio cruel, se yerguen sobre su penuria, sobre la infamia de sus carceleros, y nos gritan desde el fondo de la ergástula que el hombre no ha perdido su humanidad, que en él habita el amor, que merece salvarse. Se constituyen en condena infinita para sus verdugos, y símbolo anónimo de la mejor fibra humana. Son esperanza.
No es casual que esa cárcel esté en Cuba Socialista, la situación paradójica es símbolo de la gran batalla que libra la humanidad:
De un lado de la cerca que separa a esos dos mundos está Guantánamo, que devela la esencia del capitalismo: cruel, peste terrible, sin más ley que su beneficio, arrogante en su barbarie, despreciando al humano.
Del otro lado de la cerca está Cuba Socialista, digna, faro que marca el camino de la redención, solidaria, combativa, hermana, con ella cuentan los pueblos del mundo, con ella cuenta la humanidad.
Pero, asombro, en las mismas entrañas del monstruo surge la muestra de la calidad amorosa del humano, capaz de grandeza en medio de la peor de las miasmas.
Este gesto, esta actitud de esperanza en el futuro de la humanidad, es muy importante, es vital para la hora definitiva de la especie. Veamos.
Estamos en medio de una encrucijada decisiva para la humanidad, en ella se decide si el humano es malo por naturaleza, si el hombre del capitalismo, egoísta, individualista, antisocial, es la condición humana que nos condena a desaparecer, o por el contrario, si el hombre tiene reservas para fundar una relación amorosa, donde todos seamos hermanos, si la especie es capaz de reconocerse una con la naturaleza, y sea guardiana de su armonía, si la humanidad tiene futuro.
El gesto de los “ángeles de Guantánamo”, ocurre, coincide con la arremetida del imperio contra Cuba y contra Venezuela. Sabe el imperio, astuto en la defensa de sus intereses, que aquí surge un sistema social basado en el amor, y eso es intolerable para ellos. Por eso arremete contra nosotros con todas sus armas.
Debemos tener sentido de nuestra responsabilidad histórica, demostrar que el mundo nuevo es posible, que el hombre no es una pasión inútil, que hay esperanza. Debemos demostrar en concreto los cambios que son necesarios para hacernos Hombres Nuevos, para construir ese mundo nuevo.
Son momentos en los que se decide el destino de la humanidad, si los capitalistas nos derrotan, la Esperanza será pospuesta una vez más, pero ahora, seguro, no habrá tiempo para nuevos intentos.
¡Chávez es Socialismo!
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