Para alguien distraído parecerá extraño que Globovisión, de repente, se preocupe por los pobres, se enternezca ante un ranchito, descubre las aguas negras, o mande a Torrealba a visitar los barrios, aquel que anda con alcohol para lavarse las manos después de saludar a un humilde.
Le parecerá extraño que los Zuluoaga, los Vollmer, Alfonzo y demás oligarcas rancios, se preocupen desde el “cedice” de los pobres, los excluídos que ellos mismos crearon.
Le parecerá extraño que Globovisión, y estos amos del valle que siempre han explotado a los trabajadores, ahora se rasguen las vestiduras defendiendo a sindicatos que nadie ha atacado y todos protegen. Pero ellos en sus fábricas no permiten sindicatos, practican terrorismo con los trabajadores que osan asomar la idea, buscan fórmulas para evitarlos como los tercerizados, o los distribuidores independientes. ¡Ellos defendiendo sindicatos!
Le parecerá extraño que estos meritócratas confesos, que ayer lesionaron a PDVSA, se “preocupen” hoy por el destino de los trabajadores petroleros, del Contrato Colectivo, y les den cabida en sus preciados medios de deformación a programas y entrevistas.
Es lógico que le extrañe este maridaje de última hora, aquellos que desprecian a los humildes, los especulan, los expropian desde siempre, de repente les da un ataque de amor incontrolable.
¿Por qué?
La respuesta hay que buscarla en el imperio gringo de allí vienen las ordenes y las orientaciones.
Los tanques pensantes gringos pretenden en esta fase de su ofensiva debilitar la conexión Chávez-Pueblo: intentan desprestigiarla golpeando allí donde tiene su fuerza, en la Revolución. Propagan que esto no es una Revolución, que Chávez no es Socialista, que se ha transformado en un caudillismo sin rumbo, etc.
Los tanques pensantes gringos pretenden en esta fase de su ofensiva debilitar la conexión Chávez-Pueblo: intentan desprestigiarla golpeando allí donde tiene su fuerza, en la Revolución. Propagan que esto no es una Revolución, que Chávez no es Socialista, que se ha transformado en un caudillismo sin rumbo, etc.
Para esta tarea se valen de otroras Revolucionarios, los llevan a programas estelares donde antes no los dejaban acercar ni a la puerta, los entrevistan a página completa en diarios donde nunca habían llegado. Usan a columnistas que alguna vez fueron de eso impreciso que se llama izquierda.
Simultáneamente atacan sin tregua a los funcionarios implementadores de las políticas socialistas. Intentan desacreditarlos, corren toda clase de rumores, sus medios de deformación están al servicio de la patraña, buscan dejar a la Revolución sin oficiales de prestigio, aislar al Comandante.
Paralelamente tienen una fuerte campaña sobre la base chavista, el cedice es el abanderado, aquellas cuñas son la punta de lanza. Intentan confundir a los humildes para que nuevamente se pongan al lado de sus verdugos.
¿Qué deben hacer los Revolucionarios?
Primero, estar alertas. Estamos en una guerra en la que se disputa el alma de los humildes, donde la información, la educación revolucionaria, la espiritualidad, la batalla de ideas, son fundamentales.
Segundo, forjar la Unidad de los Socialistas alrededor de dos puntos: uno, estar con Chávez, y dos, estar con el Socialismo verdadero.
Tercero, no darle a los capitalistas “ni tantico así”, ninguna concesión, ni teórica ni práctica, nada. Delimitar bien los campos, desechar las ambigüedades.
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!
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