Natalia camina despreocupada por las calles oscuras y solitarias de la gran ciudad, va a la universidad a estudiar poesía, después se encontrará con Mariana, su hermana, que llegará esta tarde de Europa al mando de un vuelo de la Línea Aérea del Sur, es piloto y también miembro de un coro lírico.
Piensa invitarla a visitar a los amigos comunes, y ya, a la media noche volverán despreocupadas por las calles silenciosas, oscuras, solitarias, a su casa en el cerro.
Se detiene en la casilla del Consejo Comunal y se inscribe en el trabajo voluntario de este mes, solicita formar parte de las brigadas de vigilancia que se encargan de mantener la zona sin delitos mayores desde hace muchos años. Hay quien piensa que ese trabajo es simbólico, que ya hay poquísimos delitos y ninguno es de sangre, todos son trasgresiones menores, pero la instrucción de la Asamblea Nacional de Gobierno es no bajar la guardia nunca y en ningún terreno, vigilancia permanente siempre.
A ellas les agrada patrullar el barrio, fiscalizar los círculos de estudio, las casas de tareas escolares, el ateneo (que ganó premio internacional de teatro el año pasado), atender a los viejitos, el control de la basura, recibir los reclamos y denuncias de violaciones a las ordenanzas del barrio.
La última vez que hizo este trabajo voluntario, alguien maltrató al perrito de un niño y fue llevado al tribunal del Consejo Comunal, la sanción fue como siempre unas horas de trabajo voluntario. Es verdad, como dicen algunos, que son pocas las violaciones a las ordenanzas, pero se debe estar atento, la vida tranquila y segura del barrio hay que cuidarla.
A Natalia le gusta sobre todo que el acto cultural de los viernes quede bonito, ojalá su hermana no tenga viaje y pueda cantar en el coro lírico.
En diciembre participarán en la cruzada de los Andes en moto, rememorando el viaje del Che y Granados, viajarán de Buenos Aires hasta La Paz…
Llegará el día, o mejor, construiremos el día en que esta historia no sea un sueño, sino el fruto del esfuerzo de todos, llegará el día en que todos saldremos a la calle a querernos como hermanos, a protegernos, ese día llegará, construiremos el tiempo de la solidaridad y el amor.
Llegará el día en que Natalia y Mariana, las Natalias y las Marianas de todos los barrios puedan vivir tranquilas, estudiar para desarrollar todas sus potencialidades, no tener que trabajar por compulsión sino por la alegría de realizar su humanidad en el trabajo.
Ese día llegará, en ese empeño va todo nuestro esfuerzo.
Nada, nadie, nos apartará de ese camino, lo transitamos con alegría y con fe, seguimos las huellas de millones, somos sus herederos, de sus errores aprendemos, de su voluntad nos nutrimos, su sueño es nuestro sueño, terminaremos su obra. A esa construcción estamos obligados, para eso vivimos y por eso somos capaces de morir.
Estamos seguros ¡Venceremos!
¡Por las Natalia y las Mariana, por Chávez, por el Socialismo!
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