10.7.08

TRABAJO Y REVOLUCIÓN

Una Revolución tiene como uno de sus fundamentos principales establecer una nueva relación de la sociedad con el trabajo. Veamos.
En el capitalismo, la sociedad se relaciona con el trabajo a través de una fracción de ella: los propietarios de los medios de producción. El trabajo, que es social, es apropiado por esta fracción que lo distribuye y planifica, ya no socialmente sino de acuerdo con sus intereses mezquinos.
De esta manera, se establecen las bases materiales de una sociedad escindida, extrañada de la naturaleza, el aislamiento de los hombres y la enajenación del trabajo.
En el Socialismo, la sociedad vuelve a ser dueña de los medios de producción, se relaciona con el trabajo directamente. Se restablecen así las condiciones para la planificación y distribución social del trabajo, se puede planificar y distribuir de acuerdo a las necesidades sociales.
Así se establecen las bases materiales de una sociedad integrada, en armonía con la naturaleza. Se restablece la relación amorosa entre los hombres, el trabajo deja de ser una compulsión para la sobrevivencia, para convertirse en una actividad de elevación del humano.
En Venezuela, país rentista, donde la sociedad se relaciona con la renta de manera clientelar, la relación con el trabajo es capitalista, y el proletariado es escaso. La Revolución precisa con urgencia construir los fundamentos de la Conciencia del Deber Social, la espiritualidad amorosa propia e indispensable para el Socialismo. Establecer una nueva relación de la sociedad con el trabajo.
¿Cómo hacerlo?
Hay una dificultad estructural, cultural: la relación de la sociedad con el trabajo es laxa, nuestra principal fuente de riqueza absorbe poquísimos obreros y produce enormes ingresos, que permean a la sociedad por diferentes conductos y crean esa relación laxa con el trabajo.
En estas circunstancias: ¿cómo resolver el reto? ¿cómo construir una cultura Socialista del trabajo? Dos son las posibilidades:
Una, caer en la tentación etapista y dar la tarea al capitalismo, estimularlo, pensar que él construirá una cultura capitalista del trabajo, y que luego la Revolución transformará esa cultura capitalista, esa relación capitalista con el trabajo, en relación Socialista.
Esta posibilidad no es viable por múltiples razones: la principal, los oligarcas en un país rentista no les interesa producir, les interesa apropiarse de la renta.
La vía Socialista propone: crear fábricas socialistas, de Propiedad Social, condición indispensable para que sean escuelas donde se aprenda la nueva relación con el trabajo, y desde donde se irradie esta nueva conciencia al resto de la sociedad.
Estimular el Trabajo Colectivo Voluntario, este es un pilar que sirve de base a la nueva Cultura Socialista, que es una nueva relación Socialista con el trabajo, un poderoso antídoto contra la cultura capitalista del trabajo.
El Trabajo Colectivo Voluntario es un indispensable instrumento para hacer Revolución Socialista en países con escaso proletariado, allí se debe asentar la Conciencia del Deber Social.
La Revolución tiene que impactar a la sociedad con Trabajo Voluntario, todos deberían hacerlo, desde los ministros hasta los niños de escuela, los sindicatos.
Es necesaria una gran Misión de Trabajo Colectivo Voluntario.
Criticar es Amar
José Martí

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