29.7.08

¿A QUIÉN FAVORECE LA DISPERSIÓN ?

La dispersión de los revolucionarios es fundamentalmente ideológica, la falta de cohesión en las ideas trae consigo laxitud organizativa y flojedad en la acción.
La Revolución es un milagro, es como si las aguas de un río cambiaran su curso y ahora corrieran ascendiendo las montañas, como si el sol saliera de noche. Es un cambio profundo, no espontáneo. Necesita de la mayor atención y esfuerzo del humano.
Podemos decir que la Revolución es la obra más excelsa que puede realizar la humanidad, es un milagro que la eleva a condiciones de beatitud, es algo pocas veces visto en la historia. Las probabilidades de Revolución son mínimas, las causas de frustración son abundantísimas, contra ella conspiran milenios de costumbres.
Las sociedades en Revolución emprenden un camino muy cuesta arriba, y en esa aventura requieren un líder, un núcleo dirigente, de una organización y de un sólido cuerpo ideológico, de un pueblo dispuesto a la hazaña, y por qué no decirlo, de una ración de “buena suerte”. Solo así estarán en condiciones de dar los pasos correctos en ese camino, y de corregir los errores.
La contrarrevolución, el capitalismo, tiene con su ideología, su espiritualidad, colonizada el alma de la sociedad. El capitalismo no es un camino cuesta arriba, no es un milagro, es una miasma, es la costumbre, todo lo impregna, esta allí presto a defenderse y a perpetuarse, al menor descuido retoña.
Tiene sus centros y métodos de manipulación ideológica formados y actuando a nivel mundial: la educación, las propagandas, universidades, centros de investigación, televisión, libros, religiones, ídolos mediáticos, los ejemplos, la ciencia, la cultura, todo, ¡todo! está al servicio de la expansión del capitalismo.
El capitalismo no necesita preocuparse por la cohesión ideológica ¡ya la tiene!
En conclusión, la dispersión ideológica perjudica al Socialismo, a la Revolución y favorece al capitalismo.
Ahora bien, si es la discusión la condición previa para adquirir la coherencia ideológica revolucionaria, es lógico pensar que la mentalidad capitalista bombardea la discusión dentro de nosotros, no necesita discutir nada, afinar nada, lo que le interesa es avanzar en la práctica.
No discute, ya sabe lo que hay que hacer, por eso evita la discusión, la deforma, la desprecia, la desvirtúa, la trivializa.
La formación ideológica es fundamental para los revolucionarios, la crítica, la discusión, deben ser pilares sagrados del campo revolucionario.
Razón la del Che cuando dijo que el imperialismo tenía mejor olfato que los revolucionarios para detectar sus peligros. Eso es verdad para los revolucionarios y más aún para las ideas revolucionarias.
Los oligarcas persiguen con mayor saña a las ideas revolucionarias que a los revolucionarios. Basta que aparezca una idea revolucionaria para que los oligarcas de todos los pelajes se confabulen contra ella.
Las oligarquías buscan la monotonía, las ideas inocuas, los pensamientos vacíos, los diletantes. Soportan los dogmatismos que no hacen peligrar al sistema, pero les aterran las innovaciones, las ideas que guían la acción.
Los revolucionarios debemos construir el ideario que nos una.
Criticar es Amar
José Martí

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