La historia tiene fechas que compendian procesos, los marcan, son su inicio o su culminación, del análisis certero de estas fechas depende la comprensión del momento que se vive.
Son muchas, por ejemplo, sin comprender el 1810 como una insurrección mantuana, no se puede entender las vicisitudes de la Revolución de la Independencia , la caída de la primera república, los decretos de liberación de los esclavos.
Hay dos fechas que es importantísimo revisar si queremos entender la batalla que hoy se libra en la Revolución Bolivariana : el 26 de julio cubano y el 23 de Enero venezolano.
26 de julio de 1953: unos jóvenes asaltan uno de los principales cuarteles de la Isla de Cuba, estaban guiados por Fidel Castro y seguían las enseñanzas de Martí. El Asalto al Cuartel Moncada tenía como objetivo usar un motor pequeño: la acción, para activar un motor grande: la conciencia del pueblo de Cuba, incorporarlo en la lucha por derrocar la dictadura de Batista, y emprender la construcción del Socialismo. El asalto fue un éxito, las revoluciones tiene extraños caminos.
Los móviles del asalto se resumen en la defensa que Fidel hace en el juicio que le siguen a él y a sus compañeros, que termina con la frase “Condenadme, no importa, la Historia me Absolverá”.
El 23 de Enero de 1958: una insurrección civil-militar derribó la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, el pueblo fue guiado en esa gesta por la Junta Patriótica presidida por Fabricio Ojeda, oriundo de Boconó.
Una Junta Provisional de Gobierno presidida por Wolfgang Larrazabal da inicio a un período de amplias posibilidades revolucionarias.
Mientras el 26 de julio de 1953 dio origen al desembarco del Granma, a la gesta heroica de la Sierra Maestra , a la entrada triunfante en La Habana del Ejército Rebelde el 1 de Enero de 1959, que fue el inicio de la experiencia revolucionaria y Socialista más importante de la humanidad.
La energía popular del 23 de Enero, la posibilidad revolucionaria de aquellos días fue torcida por el dogmatismo y el reformismo, y el país desembocó en medio siglo de un lúgubre pacto de punto fijo que conduce a la sociedad a los bordes de la desintegración.
Una fecha, el 26 de julio, marca el camino hacia la esperanza Socialista redención de la humanidad.
La otra, el 23 de Enero, fue la puerta de un fraude “democrático” que nos llevó a medio siglo de oscuridad.
Reflexionando estas fechas aprendemos que no basta la acción popular desatada, el pueblo triunfante es aquel que produce líderes extraordinarios, concientes del momento histórico, que sepan adaptar a sus circunstancias el pensamiento revolucionario universal, que eviten los zarpazos del reformismo y el dogmatismo que en las entrañas de la Revolución siempre se incuban.
Se precisó medio siglo para arribar al 4 de febrero del 1992, para que la patria de Bolívar retomara el rumbo perdido el 23 de Enero.
Ahora tenemos un líder, Chávez, un pueblo digno heredero de los Libertadores, y tenemos la experiencia de los extravíos, de los errores.
¡Las condiciones están dadas para triunfar!
Criticar es Amar
José Martí
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