25.5.07

LA OLIGARQUÍA COLOMBIANA Y LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

Durante las últimas semanas la sociedad colombiana está estremecida ante las denuncias que evidencian lo que hasta ahora era “vox populi”: el sistema burgués colombiano es dominado por la “parapolítica”, poder paramilitar y fascista impuesto por Estados Unidos para sostener su dominio en Colombia. Las revelaciones generan una crisis de credibilidad y de gobernabilidad lesiva al sistema, todavía impredecible, que pareciera irreversible e involucra al presidente, el vicepresidente, ministros, magistrados y diputados. La fractura en la oligarquía colombiana pudiera abrir espacios al cambio, lo que dependerá esencialmente de la creatividad de la izquierda.
En las últimas horas personalidades venezolanas denunciaron la complicidad del gobierno de Estados Unidos, autoridades colombianas y la contrarrevolución escuálida, con la presencia de paramilitares en Venezuela, para realizar acciones terroristas a propósito del cese de la concesión a RCTV.
Sus objetivos son: asesinatos, sabotajes, acciones violentas, así como estimular conflictos en la frontera colombo-venezolana. Un plan terrorista de esta naturaleza tendría el fin de generar caos y terror, culpar al gobierno por la anarquía e iniciar una nueva etapa de desestabilización contra la Revolución Bolivariana.
Sumado a esto, el calentamiento de la frontera colombo-venezolana y la incitación a la confrontación entre ambos gobiernos pretende exacerbar el chovinismo de los colombianos ante un conflicto externo. La tensión externa pasaría a segundo plano la crisis interna de la “parapolítica”, fortalecería la unidad en torno a uribe, ocultaría en lo inmediato los fracasos de la llamada “seguridad democrática” y favorecería a la derecha colombiana en las próximas elecciones.
La Revolución Bolivariana siempre sostuvo una relación madura con Colombia, favoreciendo una salida negociada y estimulando una colaboración de hermanos entre los pueblos colombiano y venezolano. El Gobierno Bolivariano no promueve el odio y la confrontación, sino la paz y la reconciliación de Colombia.
El gobierno y la oligarquía colombiana deben definir de una vez qué relaciones quieren sostener con la Revolución Bolivariana. ¿Si los paramilitares son el poder en Colombia, qué responsabilidad tienen la oligarquía y su gobierno en la extendida presencia paramilitar en Venezuela? ¿Cuál es la participación de las instituciones colombianas en la extensión del sicariato y el secuestro, la extorsión y el narcotráfico en Venezuela? ¿Es parte de un plan institucional en contubernio con el imperio?
El gobierno de los Estados Unidos, la oligarquía colombiana y la contrarrevolución venezolana se equivocan. Colombianos y venezolanos somos el mismo pueblo, que emana de idéntica raíz histórica, cultural y étnica. Cualquier intento de enfrentarnos pudiera convertirse en un boomerang.
La Revolución Bolivariana no debe confiar ni tantico así en la oligarquía venezolana, ni en la colombiana. Ante cualquier coyuntura adversa traicionarán como lo hicieron con Bolívar y la Gran Colombia.
Una Revolución solo será invulnerable cuando se transforme en pueblo organizado, armado y conciente.
¡Sin Chávez no hay Socialismo y sin Socialismo no hay Chávez!

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