19.3.07

LA FACTURA DEL DIABLO

Parece, muchos signos así lo indican, que la marcha hacia el Socialismo se interrumpe, se extravía en un tremedal de discusiones y distracciones banales. Los dirigentes dan muestras de no entender la gravedad del momento y se consumen en la miopía que naufraga los procesos redentores.

Se comportan como si este proceso tuviera opción diferente al Socialismo. Usan variadas formas para evitar avanzar, falsifican al Socialismo, o, con descaro, lo remiten a épocas futuras que se pierden en la bruma de los tiempos.

Ante esta situación cabe una pregunta: ¿Cuál sería nuestro futuro sin el Socialismo? Veamos.

Venezuela tiene grandes problemas sociales: los niños de la calle, la marginalidad, poca producción, egoísmo, inseguridad, vivienda, etc. La Revolución Bolivariana ha hecho grandes esfuerzos por resolver estos problemas, se han dado importantes pasos hacia la dignificación de los humildes. Con la Revolución los desposeídos tienen voz, se saben queridos por el Estado, ya el desprecio acompañado de represión es cosa del pasado, ahora el humilde se reconoce con derechos y los ejerce. En resumen, la Revolución despertó al Pueblo, le creó expectativas, y tiene el deber de conducirlo a terrenos de verdaderas soluciones.

La solución no está en el capitalismo, insistir en el camino capitalista es suicida para la Revolución. La única vía es el Socialismo, porque lo que ha fracasado es la cultura capitalista. La solución a los problemas sociales no es posible sin una sustitución cultural, y eso sólo es posible construyendo el Socialismo que es, en esencia, una nueva cultura.

Insistir en la vía capitalista es hacer un pacto con el diablo, y el diablo capitalista tarde o temprano nos pasará la factura. El cobro de la factura sería inevitable, lo que queda por ver es qué forma adoptaría.

Puede ser en forma de jacquerie, de motín: la energía popular frustrada estalla en millones de iras individuales, que sumadas constituyen una gran ola que produce sólo destrucción y deja constancia del fracaso de la dirigencia, tal como el 27 de febrero.

O puede presentarse como fascismo, similar al Chile de pinochet.

Habrá otras posibilidades, no obstante, lo único seguro es que el pacto con el diablo capitalista, tarde o temprano pasa la cuenta.

La hora es de grandes posibilidades revolucionarias y también de gran peligro: vivimos encrucijada fundacional. Es deber de los revolucionarios desechar mezquindades, agruparse alrededor del Comandante y de las ideas del Socialismo, y junto al Pueblo avanzar.

Es necesario ir al Socialismo con fuerza, con exceso, si nos equivocamos que sea por exageración. Que el país, el continente y el mundo sientan que este Pueblo se empinó y con decisión se lanzó por el camino del Socialismo. Que el mundo oiga y sienta nuestra marcha triunfal.

¡Sin el Comandante, no hay Socialismo!

¡Sin propiedad social y conciencia social, no hay Socialismo!

¡Sin organización única de los socialistas, no hay Socialismo!

¡Sólo el Socialismo es Revolución!

¡El Comandante es Socialismo!

¡Sin Socialismo no hay esperanzas!

No hay comentarios.: