23.3.07

LA BATALLA DE HOY

Con el último desgajamiento socialdemócrata, apareció en el centro de la discusión el argumento de la propiedad de los medios de producción.

En el fondo, detrás de todo el parloteo de los tres que hoy abandonan el barco socialista, lo que se embosca son las divergencias sobre la propiedad de los medios de producción. Veamos.

Los antisocialistas saben que este punto es vital para la marcha revolucionaria, que en la propiedad se decide el destino del Socialismo y hacia allí dirigen sus misiles mefíticos. Desinforman, mienten, atacan.

¿Por qué es imprescindible la hegemonía de la propiedad social para construir el Socialismo? Precisemos.

La propiedad social de los medios de producción sólo es posible bajo la administración del Estado.

Es imprescindible porque es la única manera de abolir la esclavitud moderna, donde los hombres convertidos en mercancías son obligados a venderse, a vender su tiempo vital para poder subsistir.

Es así, la meta última del Socialismo, es la abolición de la forma moderna que ha tomado la esclavitud, en esencia la misma que Bolívar calificó de la peor de las infamias.

Mientras persista la situación, donde unos hombres puedan comprar el tiempo vital, el trabajo de otros hombres, condición que es el fundamento del capitalismo, de cualquier capitalismo, no habrá libertad, democracia, ni realización individual. En resumen, seremos una sociedad miserable lejos de la felicidad.

Sólo con la propiedad social de los medios de producción es posible que el trabajo adquiera su condición de realizador del humano.

Cuando el trabajo del hombre enriquece a toda la sociedad y no a una porción de privilegiados, cuando la riqueza producida socialmente es propiedad de toda la sociedad, es posible la distribución con equidad: a cada uno según su necesidad. Se acaba con la división del trabajo y la explotación, porque el trabajo de cada uno pertenece a toda la sociedad, y el trabajo de toda la sociedad pertenece a cada uno. Así, el poeta hace poesía para todos, el campesino labra la tierra para todos, el pescador, el obrero, el intelectual, todos se benefician, todos comparten el trabajo de todos.

Sólo con propiedad social de los medios de producción, es posible la planificación y así potenciar la economía, superar el azar del mercado que despilfarra energía social por la incertidumbre de las necesidades. La producción pasa a estar determinada por las necesidades humanas y no por las apetencias de lucro de unos pocos propietarios.

La conciencia social que emerge con la Revolución Bolivariana, debe entrelazarse con la propiedad social, para juntas formar el Binomio Socialista, cimiento de la nueva cultura amorosa, rescate de la condición humana.

Allí se da la batalla de hoy, los nosocialistas, en sus variadas formas, desde el partido de rosales, hasta los socialdemócratas que abandonan el navío socialista, presentan batalla en estos dos campos. Siembran valores éticos y morales propios del capitalismo, y en lo económico sabotean la propiedad social.

¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!

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