10.1.07

RADIO CARACAS, TEATRO DE DEFINICIONES

No es casual que el anuncio del Comandante de la no renovación de la concesión a Radio Caracas, haya creado tanto revuelo en la oligarquía nacional e internacional.
La iglesia oligarca brincó cual guardián que huele amenaza a sus intereses. Rosales, presto, ocupó su lugar en la rancia trinchera. Tinterillos menores aullaron con devoción. Hasta insulza, hecho el pendejo, deslizó sus comentarios cáusticos.
Pero, por qué tanto alboroto, por qué la jauría oligarca blandió las espadas como no lo hacía desde la Ley de Tierras.
La reacción es comprensible, la oligarquía sabe que lo de Radio Caracas es un terreno de confrontación definitorio. Allí se mostrará la postura de la Revolución frente a dos asuntos fundamentales: la propiedad y la espiritualidad. Veamos.
Por un lado, hay una definición en el campo de la conciencia, de la espiritualidad. El Estado revolucionario toma cuenta de su deber de defensor de los mejores valores de la sociedad. Al quitarle la concesión, descabeza a uno de los principales focos putrefactos creadores de conciencia del egoísmo, de la base espiritual del capitalismo, propagador de valores envilecedores del humano. La pugna de los oligarcas es por mantener esa casamata de bombardeo espiritual de la Revolución. Quitar la concesión es un triunfo espiritual de la Revolución.
Sin embargo, sigue pendiente otra batalla, la batalla por ampliar la propiedad social. Ahora el debate se traslada al qué hacer con la concesión: si pasa a ser propiedad social, es decir, propiedad de toda la sociedad administrada a través del Estado, o es otorgada a formas de propiedad nosocial, esto es, a una fracción de la sociedad que puede ir desde cooperativa, empresa mixta, o cualquier otra forma similar.
La solución será emblemática, aleccionadora, creadora de conciencia, he allí su importancia, sin duda influirá en el rumbo de la Revolución. Y la oligarquía lo percibe así.
Aquí se entabla una pugna entre dos corrientes con propuestas económicas contrapuestas:
Una, de influencia pequeño burguesa, propone propiedad nosocial de la concesión. Presenta su propuesta bajo una ficción de democratización del capital, o de dar poder a las comunidades, cuando en realidad lo que hacen es acribillar las formas socialistas, trocándolas por formas que son fundamento del sistema capitalista, que construyen formaciones económicas de propiedad parcial, que al generar intereses parciales necesariamente terminan enfrentadas a los intereses de toda la sociedad.
La revolucionaria propone la propiedad social de esa concesión, lo que significaría señalar un claro Rumbo Socialista.
Es propicia la ocasión para que el Estado abra un gran debate sobre el contenido de la programación de los canales. Allí en ese debate cabe la participación de las comunidades, los comités de usuarios, los concejos comunales, etc.
Sólo el Estado puede garantizar ese debate abierto. Sólo el Estado puede garantizar que los canales estén al servicio de toda la sociedad y no de un segmento.
¡Propiedad social para construir el Socialismo!
¡Conciencia social es Socialismo!

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