19.6.06

PRIVADISMO O SOCIALISMO

Si quisiéramos buscar un nombre sustituto al capitalismo, este sería privadismo, es un sinónimo perfecto. Nos da una idea de la esencia del capitalismo. Veamos.
El capitalismo es la ilusión de que los problemas fundamentales de la sociedad se pueden resolver de manera individual, desde lo privado. Siendo así, la sociedad es fragmentada en una serie de tensiones individuales, cada uno de la manera más egoísta posible busca resolver sus problemas, y la suma de esos intereses individuales produce un remedo de sociedad, cuando en realidad es una guerra de todos contra todos.
Por su parte, el Socialismo es la certeza de que los problemas fundamentales de la sociedad sólo se pueden resolver en sociedad, sólo la sociedad puede resolver los problemas sociales. Siendo así, la sociedad es restituida, se suman los esfuerzos individuales para constituir una poderosísima fuerza. La sociedad se regenera en el esfuerzo de todos, y ella se importa de todos sus individuos.
Entonces, la buena marcha hacia el Socialismo tiene que ser aquella que resuelva los problemas de manera social. Y unos pasos errados serían aquellos que pretendan resolver los problemas dentro del privadismo.
Las Misiones son creación de áreas espirituales socialistas, porque en ellas la sociedad, a través del Estado revolucionario, que es el representante de toda la sociedad, resuelve, con amor, un problema social. En la solución de estos problemas se produce una movilización conciente del pueblo, un esfuerzo social. Por eso, no es lo mismo que la Misión Milagro la realice el Estado Revolucionario, a que la realicen las clínicas privadas. En un caso se resuelve el problema y se eleva la conciencia del deber social, la revolución se fortalece. Por el contrario, si se cae en la tentación de realizar la Misión desde las clínicas, se profanan los santuarios socialistas. Lo que se consigue es una hipocresía: el capitalismo, que es el generador de la miseria espiritual y material, no puede resolver lo que él mismo creó.
El asunto no es insignificante, se trata de decidir el destino de la revolución. Sólo la solución social de los problemas restituirá al hombre social, y sólo el hombre social es capaz de hacer revolución. La revolución es la sustitución del hombre egoísta, huérfano de sociedad, por el hombre social integrado con su esfuerzo a una sociedad sana.
Una revolución tiene que aclarar su relación con lo privado. En un período de transición puede haber zonas de convivencia, eso es comprensible, pero nunca deben ser convivencias estratégicas. La tendencia estratégica, es ir en la mente, en la conciencia y en la realidad del país, hacia la extinción del privadismo y su sustitución por el Socialismo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

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