21.6.06

EL ACTO QUE FALTA EN EL TERESA CARREÑO

Nadie puede negar que el Teresa se ha fundido con el pueblo. El arribo de la revolución significó el rescate del teatro, ahora es común pasar por la avenida México y sentir el bullicio popular que manifiesta su entusiasmo revolucionario en el otrora territorio reservado a la elite de paltó y levita.
La revolución hizo del teatro el lugar para sus grandes eventos, ya la población sabe que cuando un acto revolucionario es en el Teresa tiene gran importancia. Los actos allí realizados son un registro de la marcha de esta revolución, un pulso de por dónde vamos, y serán una fuente invalorable a la hora de escribir la historia de esta revolución.
En el Teresa ha rugido el pueblo jurando defender a la revolución, y también ha llorado frente al testimonio de una anciana que aprendió a leer siguiendo los mandatos de Samuel Robinson. Allí el Comandante habló de Socialismo, de guerra y de paz. El Teresa se ha transformado en territorio del amor revolucionario. Sin embargo, y debemos decirlo, en el Teresa Carreño falta un acto que le dará sentido a todos los anteriores, es el evento del Trabajo Voluntario.
Una revolución que no tenga como uno de sus pilares al trabajo voluntario, es una Revolución que no ha madurado, es una revolución incompleta. El día que el Teresa, templo y termómetro de la revolución, se llene de trabajo voluntario, ese día habrá que hacer un placa que diga con orgullo: “Hoy la revolución da fe, los revolucionarios dan fe, que la conciencia del deber social es el pilar fundamental de la ética y la moral de los venezolanos. Hoy la Revolución Bolivariana conquistó un peldaño fundamental en el camino de la construcción de una sociedad socialista”
El trabajo voluntario es una escuela de conciencia revolucionaria. En ella el hombre que viene del capitalismo, formado sólo en la fantasía de una recompensa material, entiende y siente que el dar a la sociedad su esfuerzo de forma voluntaria, que trabajar para la sociedad, constituye una recompensa moral inmensamente más gratificante que el trabajo compulsivo a que nos condena el trabajar para los patronos individuales. Comprende que sólo el trabajo así realizado, sin la compulsión de la necesidad, es el que lo libera. En ese momento estaremos avanzando hacia la ética que sustentará a la sociedad socialista y dando un gran salto en su construcción.
El asunto es tan importante como la alfabetización, merece una Misión. El ejemplo de trabajo voluntario tiene que partir de los altos niveles del gobierno. Qué saludable para la revolución sería que el trabajo voluntario se iniciara con el ejemplo de nuestros dirigentes, qué fortalecida saldría la revolución de esas jornadas.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!

¡Chávez es socialismo!

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