5.6.06

DETENERNOS ES PERECER

Contrario a lo que piensan algunos políticos de medio pelo, en este país no hay otra salida que la profundización del Socialismo, por eso los subterfugios para evitar su avance sólo consiguen acercarnos al abismo.
La aceptación de Comandante Chávez en el corazón del pueblo, la siembra de la Revolución en el alma de los humildes, surge de los avances hacia el Socialismo. Por el contrario, la frustración, el desengaño, el desconcierto, aparecen cuando extraviamos el camino y nos acercamos a territorios capitalistas.
Las Misiones, territorio espiritual socialista, donde se ejerce la relación amorosa, sostienen a la Revolución. Nadie duda de esta afirmación, las misiones estimulan la conciencia del deber social, y ya sabemos que la moral altruista es propicia para las grandes tareas de defensa de la patria, de los sueños, del camino de redención.
Ahora bien, las acciones económicas y políticas que apuntalan al capitalismo, cuando intentamos resolver problemas sociales usando las armas melladas del capitalismo, y a los propios capitalistas, debilitan a la revolución, porque esas conductas estimulan el egoísmo, y ya sabemos que conciencia egoísta es oportunista, se va con el mejor postor, sólo es adecuada para acciones mezquinas.
Así como es impensable una revolución socialista que no supere al capitalismo, es también impensable a Chávez sin una Revolución Socialista. De aquí, entonces, que acción que fortalezca al capitalismo, es acción que debilita al Comandante.
El llamado chavismo sin Chávez impulsa el Capitalismo. En contraste, los verdaderos chavistas son los que impulsan el Socialismo.
Es por eso, que los chavistas proponemos ir a estructuras sociales socialistas. Más allá de las necesarias acciones no estructurales encaminadas a solventar la deuda social de manera inmediata, debemos emprender la construcción de zonas socialistas, en las que la propiedad de los medios de producción sea de la sociedad toda, la distribución sea equitativa, y la organización social permita a los ciudadanos la participación, desde los asuntos locales hasta los asuntos internacionales. Donde cada uno, siguiendo el principio bíblico, aporte de acuerdo a su capacidad, y cada uno reciba de acuerdo a su necesidad.
De todo lo anterior se desprende que la marcha hacia el socialismo, para nosotros, para el pueblo venezolano, para el continente y para el mundo, es un asunto de vida o muerte. La escogencia es forzosa.

¡Socialismo o muerte!
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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