Las próximas elecciones tienen elevada importancia
para los humildes. Se podría hablar de la defensa de los logros materiales, de
los espirituales, de las Misiones, de la preservación de las relaciones
internacionales, de la ALBA , del respeto a los derechos humanos y de la
soberanía. Todas importantes, cada una de ellas justifica ganar, dar
continuidad a la Revolución. Sin embargo, hay una que emerge de lo profundo del
alma y por eso tiene una importancia íntima y raíz en el sentimiento. Veamos.
La historia es
patrimonio de los triunfadores y si se trata de las oligarquías la historia es
deformada hasta transformarla en un opio manipulador. Así, desde siempre
convirtieron renacuajos en héroes y a estos en indeseables, en aventureros.
Despojaron de su fuerza revolucionaria a titanes e insuflaron aires de
intelectual a plumíferos.
En pocas horas en
las elecciones decidiremos quién escribirá esta historia que vivimos. Si ganan
los oligarcas, si sus planes usurpadores son exitosos, ellos borrarán al Chávez
que nosotros conocimos, lo transformarán en una ironía, deformarán la historia,
lo desaparecerán. Las generaciones futuras en las escuelas no lo conocerán,
allí hablarán de otro Chávez, el que les conviene a ellos, esta será su
verdadera muerte, la deformación y el olvido.
¡Chávez vive! Ese
grito, ese deseo tendrá sentido mientras sus enemigos, los oligarcas, sean
derrotados. El pueblo humilde, a los que él siempre amó y por los que siempre
fue amado, son la vida del Comandante, los garantes de su permanencia y de que
su imagen cierta sea conocida por los siglos futuros.
¡Chávez vive! No
aislado, solitario, ni náufrago, sino al frente de un gran ejército de humildes
que defiendan su legado, su memoria y que avancen con su inspiración. Su
recuerdo será cultivado en la realización de su sueño, en el triunfo sobre los
enemigos. Sólo el pueblo puede salvar a Chávez, hacerlo presente en los siglos.
La suerte de
Chávez está estrechamente ligada a la suerte de la Revolución , vivirá mientras
la Revolución esté sembrada en el corazón de los humildes.
Un día, cuando
hayamos construido una sociedad de hermanos, en la que todos se importen por el
bien de todos, los niños tengan asegurado su futuro, los ancianos sean
depositarios de historia viviente, los obreros trabajen con orgullo, con placer
porque lo hacen para la sociedad y no para el explotador, y donde lo individual
no entre en conflicto con lo universal, ese día cuando nos consideremos
miembros de la humanidad, mundialistas, naturistas, humanistas… ese día podrán
decir las generaciones futuras que Chávez, el precursor de ese mundo de
felicidad, es inmortal. En su honor se elevarán monumentos grandes por el
sentimiento.
Allá en las
sabanas del Arauca, en el llano profundo, se escuchará un himno sagrado
laudatorio a la memoria de los majaderos de la historia: Cristo, el Quijote,
Bolívar, el Che, Chávez, cantado por un coro de niños que dirá: la humanidad
existe en hermandad, ellos no lucharon en vano, vivirán eternamente.
¡Con
Maduro! ¡Chávez Vivirá!
1 comentario:
Jajaja resignense! Se les murió y punto! La vida sigue!
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