Cuando el
Comandante Chávez caracterizó a la Revolución como Socialista nos convocó a una
gesta religiosa, a la hazaña más importante de la humanidad: superar milenios
del "hombre lobo del hombre" y construir el Reino de los Cielos en la
tierra. Nos emplazó para lo grande, lo hermoso, a transformarnos
definitivamente en humanos y alcanzar las cumbres del arte, del amor, éticas
inéditas.
Nos comprometió a
transformar al mundo revolucionándonos a nosotros mismos. Salto heroico, que
supone renacer hombres del futuro. El camino es hermoso pero es proceloso,
requiere una entrega total, sin condiciones, un cambio profundo en las
relaciones sociales, en la dirigencia, con el desespero del náufrago que nada
hacia la costa finalmente avistada.
La tarea debe
asumirse con la pasión de los que se saben vanguardia de la humanidad, de
quienes se reconocen la rama de olivo que anuncia a Noé el fin del diluvio,
solo así la dirigencia podrá guiar a la sociedad, a los humildes por el camino
de su redención.
No es tarea para
mojigatos, de pusilánimes, ni para los que requieren red de seguridad, que no
corren riesgos y se limitan a repetir lo viejo. Son incapaces de fundar porque
están negados para lo grande, prefieren la seguridad de lo pequeño, de lo
conocido, están incapacitados de prever el futuro y construirlo en el alma de
las masas.
La Revolución
debe tener fe religiosa en el Socialismo, sentir en los tuétanos del alma que
sólo el Socialismo podrá resolver los problemas de la humanidad, y saber desde
el espíritu profundo, que el capitalismo, la culminación de milenios de
deformación del humano, es nuestro enemigo irreconciliable.
Sólo desde esa
fe, esa convicción, se podrá construir el nuevo mundo, es la energía que se
manifestó en El Paso de Los Andes, en La Batalla de Junín, el 4 de febrero, en
Abril…e hizo la Independencia. Es la fe que guió la hazaña del Moncada y el
milagro del Gramma, la gesta de Fabricio, la pasión de los cristianos en las
catacumbas.
Siendo así, las
acciones y el discurso de la dirigencia deben traslucir esta fe, esta
convicción. Frente a cualquier problema se debe esgrimir al Socialismo, todo
debe ser llevado al combate universal del Socialismo contra el capitalismo
porque este combate lo envuelve todo, desde el desastre de la cárcel de Uribana
hasta la construcción de casas. Todo es escenario del combate del capitalismo
contra el Socialismo, lo viejo contra lo nuevo.
Los problemas
deben resolverse con más Socialismo, al convocar capitalistas para resolverlos
estamos entregando una parte del sueño, cuando un dirigente muestra esta
convocatoria como un logro, estamos apuñaleando al futuro, desconociéndonos,
dejando de ser, y adoptando las entrañas oligarcas. Cuando resolvemos con
Socialismo estamos demostrando nuestra fe, tomando por asalto al futuro,
robusteciéndonos.
Nuestras
consignas deben ser ¡El Socialismo se construye con Socialismo! ¡Los problemas
se resuelven con Socialismo! ¡Sólo el Socialismo educa para el Socialismo! ¡Al
capitalismo ni tantico así, nada económico, nada político!
¡Con Chávez, con Socialismo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario