La historia de la América es la historia de esta
contradicción: Populismo-dictadura. Esto explica a
los militares del cono sur y también a Perón, a Menem, a Pérez Jiménez y
también a Rómulo Betancourt. La dictadura niega al populismo, el populismo
niega a la dictadura. La historia de las revoluciones en América es la de los
intentos por superar esta contradicción, avanzar, conseguir la negación de
aquellas negaciones.
Es así, los tiempos de la América son los de ruptura
total, ya concluye la etapa de este pendular. Ahora, o la resolvemos con el
Socialismo verdadero, o caemos en la barbarie que espera a toda la humanidad.
Razón tenía la afirmación de Rosa Luxemburgo, vivimos tiempos de Socialismo o
Barbarie.
La superación de la contradicción que nos acompaña
desde los días de la fundación tiene que ser primero en la teoría. Sólo
precisando hacia dónde vamos podemos dar los pasos seguros, si por el contrario
la meta, el objetivo es confuso, entonces el camino será un ritornelo
constante.
La primera precisión es que un hombre alienado,
fragmentado, no puede ni siquiera imaginar un mundo diferente a esta miasma que
es la existencia en el capitalismo. Entonces, la tarea es sanar al humano y en
ese empeño liberarlo. La lucha por rescatar al humano es la lucha por construir
las condiciones materiales y espirituales de su liberación. Se desprende que es
necesario superar a la humanidad del capitalismo, al hombre doliente del
capitalismo.
La liberación del hombre es fundamentalmente en el
espíritu, es allí que se escenifica la principal batalla. Las reformas
económicas, las compensaciones materiales sólo tendrán sentido si fortalecen el
cambio en el alma.
La tarea es descomunal, construir a partir de la
teoría y la práctica revolucionaria universal la guía ideológica para el salto.
Es necesario prestigiar el estudio, hacer de la producción teórica, de la
discusión, un centro vital de la Revolución que se alimente con la práctica y
que simultáneamente la dirija.
Nuestros esfuerzos teóricos deben asombrar al mundo,
nuestros logros prácticos deben constituirse en paradigmas, las mejores mentes
revolucionarias del mundo deben poner sus ojos en nosotros: venir a discutir, a
enseñar y a aprender. El conocimiento, aquel que se adquiere con estudio, con
esfuerzo, con lectura y meditación debe ser prestigiado. La improvisación que
tanto daño nos ha hecho debe ser desterrada.
El salto, superar la contradicción
dictadura-populismo, liberarnos del hechizo que nos domina desde los orígenes,
es hoy un reto de vida o muerte. El capitalismo llega a su fin y arrastra
a toda la humanidad a la barbarie. Hoy la contradicción capitalista,
dictadura-populismo, o se resuelve hacia el Socialismo o hacia la barbarie,
hacia la extinción.
La crisis del capitalismo es terminal, ya no hay
holgura para la fase populista de la dominación. Sin superar al capitalismo
todos los esfuerzos por ir a la tierra prometida serán atrapados por el
fascismo. Se acabó el tiempo para pactos, las añoranzas de punto fijo son
vanas.
¡Chavistas!
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