El Poder Social
es un concepto que se ajusta mejor al Socialismo que el concepto de Poder
Popular. Y si vamos más profundo, podemos afirmar que el Poder Social es
Revolucionario y Socialista, y lo que hoy llamamos Poder Popular es
reaccionario, contrarrevolucionario.
En el fondo de la necesidad vital de la Revolución de
desentrañar sus grandes temas, aquellos que determinan su rumbo, está la
discusión del llamado Poder Popular. Este contiene al de "Comuna", al
de "Estado Comunal". Revolución que no discute sus grandes temas se
extravía. Veamos.
Lo que llamamos Poder Popular y Comuna son intentos
(así lo declaran los voceros del gobierno) de crear pequeños estados, otros más
audaces declaran que serán "pequeñas potencias". Estos conceptos se van
moldeando hasta alcanzar una intención fragmentadora. El desarrollo del
concepto de que el Poder reside en los fragmentos de sociedad (Comuna,
Consejo Comunal), desemboca en la idea de que el poder reside en el
individuo, en el egoísmo, es decir, es el fundamento del capitalismo.
El Socialismo no puede, de ninguna manera, sustentarse
sobre esos fragmentos de sociedad: Consejos, Comunas aisladas que escinden al
individuo, a su espíritu, lo convierten en un lobo del hombre, al individuo
egoísta en el centro del universo. Así se constituyen en formidable soporte del
sistema capitalista y en enemigos forzosos de la Revolución , del Socialismo.
El Socialismo amerita una fuerte base de conciencia,
espíritu y cultura de sociedad, capaces de fracturar el fundamento ético,
psíquico e ideológico del capitalismo: el egoísmo. De otra manera el Socialismo
no pasará de ser un hermoso intento… pero fallido, ahogado en los extravíos
teóricos, en las improvisaciones de la pequeña burguesía, incapaz de superar su
propio individualismo.
El Poder Social es la integración de la sociedad
mediante un tejido que va desde lo capilar, llámese Consejo o Comuna, hasta lo
nacional, pasando por las instancias intermedias y de esa manera, los
individuos, delegando y a la vez incorporando competencias, deciden lo local y
a la vez pueden decidir o influir en lo nacional. Con la visión en lo local y
en lo nacional la sociedad recobra por primera vez el timón de su destino
político y económico.
El pueblo, que según la Constitución tiene el poder y
éste es intransferible, sólo puede ejercerlo a cabalidad, realmente, mediante
este tejido social. De otra forma, por otros atajos, con intentos de hacerlo
sin organización nacional, sin delegar, sólo pueden construirse entelequias
disfuncionales que terminarán por yugular la esperanza.
La Revolución necesita definir claramente estos
conceptos para emprender la tarea de sustituir al estado burgués, cuya esencia
es la fragmentación, por un Estado Revolucionario (Poder Social) de la única
manera que eso es posible: en una sociedad integrada, que sustituya al humano
fragmentado, atomizado, por el humano integrado con dimensión social.
Recordemos que el individuo tendrá la dimensión y la
grandeza del manto organizativo que lo cubra. En el Consejo Comunal aislado
será necesariamente un egoísta confinado a su mezquino entorno.
¡Con Chávez es con sus Candidatos, lo demás es
traición!
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