La Revolución es el salto, el avance más importante que puede dar la Humanidad, es de tal magnitud que los clásicos la comparan con la superación de la prehistoria, con la fundación del Reino de Dios que pregonó Cristo, la construcción del cielo aquí en la tierra.
Es cambiarlo todo, volvernos verdaderamente humanos sin dejar de ser naturaleza, es sumergirnos en el mundo de la poesía llevados por la ciencia y la tecnología, ser invencibles sin perder la ternura, o mejor, por haber rescatado la ternura.
El salto se produce en todos los ámbitos de la sociedad y de los individuos. Consiste en dejar el aislamiento y entender que sólo podemos realizarnos en sociedad, sociedad e individuos dependen de tal forma que no puede haber beneficio si no beneficia a todos, y que todo perjuicio a uno, perjudica a todos. En resumen, consiste en sustituir el egoísmo por el amor como signo de la relación humana. Es, en definitiva, el gran salto del humano solitario al humano integrado a los demás, todos formando el territorio de la armonía, del amor.
El salto se erige cuando nos convencemos de la relación estrecha entre nuestra felicidad y la felicidad de todos, de la imposibilidad de las soluciones individuales y de que la felicidad es una tarea social. Un solo individuo desdichado sobre el planeta hace miserable a toda la humanidad.
El cambio es de todos y es profundo. Unos, los más conscientes, conducirán al resto, su tarea es llevar la buena nueva, indicar el camino, ayudar al gran salto.
El gran salto supone cambiar dentro de nosotros mismos, entender que las soluciones individuales no son en realidad soluciones, al contrario: la fragmentación que implican debilita, obstaculiza el camino hacia la liberación de todos. Requiere realizarse en la mayor ayuda posible al prójimo, la construcción de una sociedad donde todos vivamos como hermanos, la sociedad socialista.
El gran salto necesita el cambio dentro de los grupos sociales, derrotar el egoísmo colectivo, que es más perjudicial que el egoísmo individual. El pensar sólo en el beneficio del grupo hace tanto o más daño que pensar sólo en el beneficio propio porque desactiva, anula, a grupos importantes en el combate por la redención social, los confina a sus pequeños feudos.
El grupo que se satisfaga sólo con el beneficio material propio, ese grupo, además de engañarse, porque esa vía sólo produce espejismos, se castra para las luchas por el cambio verdadero, el que produce bienestar duradero y permite el desarrollo de las potencialidades individuales. El hombre sólo puede realizarse como ser integral dentro de la sociedad, fuera de ella es un no-ser, un zombi atrapado entre el consumismo y la miseria, entre la lucha por la existencia y una existencia miserable.
Lo anterior vale para todos los grupos sociales, ahora bien, si es la condición de los grupos llamados a ser vanguardia de la Revolución, entonces esa conducta es criminal, de lesa Patria.
¡Radicalmente Chavistas!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario