Si analizamos la historia encontraremos sociedades o grupos humanos que jalan al resto de la humanidad. La sociedad francesa de finales del 1700 es una de ellas, la Caracas de 1810 arrastró a un continente. En el momento, el suceso pasa sin ser captado por la mente colectiva.
¿Quién pensaría que aquella escaramuza, un viernes de 1810, en la plaza de Caracas encendería un fuego que recorrió al continente y hasta hoy dura? ¿Quién imaginaría que aquel de barba y sandalias que caminaba por Galilea predicando amor, sería reverenciado por millones por miles de años?
Es así, los hechos históricos se captan mejor en la distancia de los libros, el tiempo nos da una mejor perspectiva y además levanta los filtros que las circunstancias imponen y los dominantes disponen.
Es así, convivimos con una historia que sólo el futuro comprenderá a plenitud.
Ya ha pasado suficiente tiempo, más de medio siglo para captar con nitidez la importancia de Cuba Heroica. Intentemos aproximarnos, disipar el humo que dificulta su esencia, su importancia.
En el campo reformista, mucho y ligero, se habla de la Unión Soviética , del Socialismo y de su supuesto fracaso, pero poco se habla de Cuba, de su permanencia, de la evolución del pensamiento y de la práctica revolucionaria que allí ocurrió.
Los reformistas, cuando necesitan hablar de Socialismo, prestos brincan diciendo que no será copia del Socialismo Soviético, de esta manera, sin explicar más nada, sin mencionar lo bueno ni el avance que allí hubo y sin señalar los errores, se sumergen sin ninguna vergüenza en las cómodas aguas de la socialdemocracia. Simultáneamente voltean para otro lado frente a la experiencia cubana.
Despreciar a la Unión Soviética, desprestigiarla, borrarla, rodearla de una leyenda tenebrosa, además de otras consecuencias negativas, impiden apreciar en toda su magnitud la grandeza de la Revolución Cubana.
La Unión Soviética fue el primer intento de la humanidad por zafarse de la dominación capitalista. Fue una gesta asombrosa llevada de la mano de genios políticos, Lenin, Trotsky, Marx. Demostraron que era posible otro mundo.
A partir de allí la humanidad comenzó a transitar caminos inéditos, se había derrocado a un Zar y, simultáneamente, se derrotó a los reformistas que querían solo modificaciones del maquillaje de la dominación. El pensamiento y la práctica de la humanidad dio un salto, el hombre se encontró por primera vez dueño de su propio destino, con la posibilidad de liberarse del yugo de fetiches económicos.
Se cometieron errores, el principal de ellos, ya lo dice el Che: "creer que con las herramientas melladas del capitalismo podían construir el Socialismo". Ojala los reformistas que hoy denigran de la Unión Soviética dijeran que no copiarán su error, que no usarán las armas melladas del capitalismo para construir el futuro.
Cuba existe, es hoy faro de la Revolución mundial porque se trepó en la atalaya de la experiencia Soviética. Sólo desde allí se podía construir la teoría y la práctica, el ejemplo para que la humanidad siguiera avanzando.
¡Con Chávez siempre!
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