Me has agregado la fuerza de todos los que viven.
Me has vuelto a dar la patria como en un nacimiento.
Me has dado la libertad que no tiene el solitario.
Me enseñaste a encender la bondad, como el fuego.
Me diste la rectitud que necesita el árbol.
Me enseñaste a ver la unidad y la diferencia de los hombres.
Me mostraste cómo el dolor de un ser ha muerto en la victoria de todos.
Me enseñaste a dormir en las camas duras de mis hermanos.
Me hiciste construir sobre la realidad como sobre una roca.
Me hiciste adversario del malvado y muro frenético.
Me has hecho ver la claridad del mundo y la posibilidad de la alegría.
Me has hecho indestructible porque contigo no termino en mí mismo”.
Inmejorable la poesía de Neruda para dar idea de la esencia de la más sublime organización humana, anunciación del regreso del "amaos los unos a los otros", extensión del uno al todo, moral y ética fraterna derrotando al egoísmo, instrumento mágico que suma a la voluntad de uno la energía de todos ¡Ese es el Partido!
Hacia allá vamos, hacia allá construimos, lo haremos, es necesario, imprescindible, transformaremos lo que tenemos hoy en lo que soñamos, el mañana luminoso vive en el presente, es aquí que germina la semilla.
No podemos condenar a un niño por no caminar, o por hacerlo dando tumbos, lo inteligente es guiarlo, formarlo, tener paciencia, corregir los vicios, alentarlo, curarlo de enfermedades, pero sobre todo, tener fe en que caminará, estar seguros que caminará.
El partido, con todos sus lastres y sus titubeos, es imprescindible para la construcción del Socialismo. Debemos defenderlo, fijarnos en sus cualidades y en su potencialidad, antes que en sus defectos y errores. Hay que aprender a amarlo, reconocerlo, construirlo milagro, hacer de él un territorio espiritual de futuro.
La gente debe sentir al partido como una agrupación que se esfuerza por conquistar al Hombre Nuevo. La sociedad debe reconocer que los militantes del partido tienen alto nivel de entrega. Sus patrullas de vanguardia deben ser escenario para la ayuda a esa formación, limar los vicios del capitalismo, pulir las buenas cualidades.
Los militantes deben sentirse orgullosos de pertenecer al partido, y deben tener una conducta que refleje la condición, la responsabilidad de ser heraldos, evangelistas, ángeles del futuro.
El partido debe ser, es, el movimiento social que guía e integra a todos los movimientos sociales, su acción tiene que ver con lo más general e importante de la sociedad: su hegemonía, su dirección hacia la tierra prometida. Sin partido revolucionario la sociedad está desguarnecida, fragmentada en miles de movimientos parciales, incapaces de comprender el todo, a la política. Sin partido, sin vanguardia, es imposible enfrentar con éxito en la teoría y en la práctica al capitalismo.
Los oligarcas y anarcorreformistas peorros conocen la importancia del partido revolucionario, por eso lo atacan de mil formas, intentan adulterar su esencia, impedir su formación, lo corrompen, lo exterminan.
¡Irreverencia y Lealtad con Chávez!
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