El análisis político difiere del comentario deportivo, éste no tiene mayores consecuencias, se pueden adelantar vaticinios ligeros. En contraste, el análisis político amerita gran responsabilidad, allí las adivinaciones son difíciles e inútiles.
Entonces, el análisis político no predice, da los elementos, las posibilidades, la tendencia. Desde este punto de vista estudiaremos la posible posición gringa en la situación que atravesamos.
Es sabido que los gringos tienen la necesidad de controlar el petróleo venezolano y, en mayor grado, la urgencia del fracaso de la Revolución Bolivariana, que el ejemplo no cunda. Deducimos que hacen todo lo posible por derrocar a Chávez, por yugular a la Revolución. Ese es su objetivo estratégico.
El plan gringo que aparece en la escena es la derrota de Chávez en las elecciones del 2012, para eso preparan los candidatos lacayos: sus primarias son un torneo por ver quién dobla más la cérvix, quien entrega más y se arrastra con mejor experticia.
Pero sabemos que en política, lo que parece, rara vez es. Podemos afirmar que los yanquis, siempre astutos, tienen un plan violento solapado, esperando el momento, las amenazas desde el congreso gringo lo delatan.
Ahora con la enfermedad de Chávez, su permanencia en Cuba y su extraordinaria recuperación, el cuadro les cambió. Es de suponer, que dentro del desconcierto, estén preparando una respuesta, posiblemente sea un ultimátum: armisticio, o agresión cruentísima, ya lo han intentado otras veces. Cualquier pacto o armisticio significa debilitar la Revolución y dar vía al fascismo más cruel.
Monteverde y Miranda rondan la política venezolana, pero podemos afirmar con esperanza, que también el espíritu indomable de Bolívar, el que se crecía en las dificultades, nos acompaña.
Sean cuales fueren las órdenes de los gringos, la disposición de combate de los bolivarianos es una sola: Unidad alrededor de Chávez, desprecio total por las posibilidades de pacto, avanzar en las tareas de la construcción, la organización y las ideas socialistas.
Reconocer que estamos en situación de emergencia política, bélica, enfrentamos guerra de cuarta generación. Todas las instituciones del Estado, desde las alcaldías hasta Miraflores, pasando por el partido, la Asamblea, debían declarar esta emergencia. Nadie dormido creyendo en buenas intenciones oligarcas.
El pueblo humilde, chavista, debe ser alertado, movilizado, son tiempos de dormir con un ojo abierto. Los aparatos de propaganda bolivarianos deben amolar su campaña publicitaria, prepararse para una agresión que es la mejor manera de evitarla. El enemigo imperial cuando no siente resistencia avanza despiadadamente. Ahora, cuando sabe de un pueblo aguerrido, dispuesto a todo por defender su sueño y al Comandante que lo encarna, detiene sus intenciones.
Comenzó una nueva etapa de la Revolución, en esta también viviremos y venceremos. Construiremos la Patria Socialista, en eso nos va la vida. Chávez nos guía, y el pueblo responde al llamado. De nosotros depende dar a las circunstancias rumbo favorable.
Lo peor que podemos hacer, sería una candidez, es pensar que las reglas del juego siguen vigentes, que los lacayos esperarán al 2012, dejarán pasar la situación.
¡Con Chávez más resteaos que nunca!
Entonces, el análisis político no predice, da los elementos, las posibilidades, la tendencia. Desde este punto de vista estudiaremos la posible posición gringa en la situación que atravesamos.
Es sabido que los gringos tienen la necesidad de controlar el petróleo venezolano y, en mayor grado, la urgencia del fracaso de la Revolución Bolivariana, que el ejemplo no cunda. Deducimos que hacen todo lo posible por derrocar a Chávez, por yugular a la Revolución. Ese es su objetivo estratégico.
El plan gringo que aparece en la escena es la derrota de Chávez en las elecciones del 2012, para eso preparan los candidatos lacayos: sus primarias son un torneo por ver quién dobla más la cérvix, quien entrega más y se arrastra con mejor experticia.
Pero sabemos que en política, lo que parece, rara vez es. Podemos afirmar que los yanquis, siempre astutos, tienen un plan violento solapado, esperando el momento, las amenazas desde el congreso gringo lo delatan.
Ahora con la enfermedad de Chávez, su permanencia en Cuba y su extraordinaria recuperación, el cuadro les cambió. Es de suponer, que dentro del desconcierto, estén preparando una respuesta, posiblemente sea un ultimátum: armisticio, o agresión cruentísima, ya lo han intentado otras veces. Cualquier pacto o armisticio significa debilitar la Revolución y dar vía al fascismo más cruel.
Monteverde y Miranda rondan la política venezolana, pero podemos afirmar con esperanza, que también el espíritu indomable de Bolívar, el que se crecía en las dificultades, nos acompaña.
Sean cuales fueren las órdenes de los gringos, la disposición de combate de los bolivarianos es una sola: Unidad alrededor de Chávez, desprecio total por las posibilidades de pacto, avanzar en las tareas de la construcción, la organización y las ideas socialistas.
Reconocer que estamos en situación de emergencia política, bélica, enfrentamos guerra de cuarta generación. Todas las instituciones del Estado, desde las alcaldías hasta Miraflores, pasando por el partido, la Asamblea, debían declarar esta emergencia. Nadie dormido creyendo en buenas intenciones oligarcas.
El pueblo humilde, chavista, debe ser alertado, movilizado, son tiempos de dormir con un ojo abierto. Los aparatos de propaganda bolivarianos deben amolar su campaña publicitaria, prepararse para una agresión que es la mejor manera de evitarla. El enemigo imperial cuando no siente resistencia avanza despiadadamente. Ahora, cuando sabe de un pueblo aguerrido, dispuesto a todo por defender su sueño y al Comandante que lo encarna, detiene sus intenciones.
Comenzó una nueva etapa de la Revolución, en esta también viviremos y venceremos. Construiremos la Patria Socialista, en eso nos va la vida. Chávez nos guía, y el pueblo responde al llamado. De nosotros depende dar a las circunstancias rumbo favorable.
Lo peor que podemos hacer, sería una candidez, es pensar que las reglas del juego siguen vigentes, que los lacayos esperarán al 2012, dejarán pasar la situación.
¡Con Chávez más resteaos que nunca!
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