25.1.11

LA PROFECÍA DE LAS INVASIONES (Martes 25-01-2011)

Recientemente la alarma cundió en territorio escuálido, y también en el campo chavista: en Chacao sucedieron una veintena de invasiones en la madrugada del sábado 22 de Enero.
Como era de esperarse, la oposición brincó a pescar en el miedo de su base política, su mira está puesta en el 12. El gobierno, rápido, enfrentó la situación, y el Ministro del Interior: …“rechazó el intento de invadir al menos 20 terrenos en Chacao, a la vez que criticó la ‘represión policial’ de los cuerpos de seguridad de ese municipio. Y dejó claro que las invasiones no favorecen para nada la construcción de viviendas para el pueblo.”
Oportunas las declaraciones del Ministro. Ahora bien, es necesario ir más allá, profundizar el análisis, desentrañar el significado de esas invasiones, lo que presagia, la profecía que encierran. Sólo así podremos corregir lo que debe ser corregido. Veamos.
Si buscamos la raíz de esas acciones, encontraremos una ideología anarcoide que, en nombre de un supuesto “poder” del pueblo y actuando de manera sumamente egoísta, desconoce al Estado Revolucionario y al liderazgo de Chávez, verdaderas bases del poder del pueblo. De esta forma hace un enorme daño a la causa revolucionaria. Esta desviación florece en las grietas de la pérdida de la emoción revolucionaria, en las confusiones, en el vacío que dejamos.
Esa es la primera falla. Existe una debilidad ideológica en la Revolución, y esa debilidad produce acciones que confunden y disminuyen la emoción. Esto es lo primero que debemos corregir. De la claridad ideológica deben salir las acciones que hagan avanzar a la Revolución y transmitan a la masa los sentimientos que la emocionen.
Es importante que la Revolución transite la senda de convertir a la sociedad, de una agrupación de clientes del petróleo, a una Sociedad de Constructores de su futuro. De una sociedad que espera inerte los beneficios, a una sociedad que se gana con esfuerzo su futuro y lo defiende con sacrificio. Es decir, de una sociedad capitalista rentista a una sociedad socialista. Esa es una empresa sagrada, que emociona.
De no conseguir dar ese salto, si no tenemos la claridad, esa fe en el pueblo y la fortaleza para planteárselo, entonces, necesariamente, la Revolución dejará un vacío, se perderá la emoción, las masas irredentas tomarán las acciones del desespero y, como dijo el Libertador, “la anarquía nos devorará”, se crearán las condiciones para el fascismo.
La gran alerta de esas invasiones es que si al pueblo humilde no se le guía, no se le forma, no se organiza, no se disciplina, no se le proponen otras relaciones humanas, permanece en la ignorancia, se transforma, como ya fue dicho y ha sucedido, en “instrumento ciego de su propia destrucción”. Esa responsabilidad recae sobre el partido. Es necesario convertirse en un partido como el que delineó el Comandante en La Guaira.
Ir a las masas y, con el ejemplo, derrotar los planteamientos capitalistas, pero también las desviaciones anarcoides y reformistas, impulsar la construcción socialista.
¡Chávez es Socialismo!

No hay comentarios.: