¿Cómo es la confrontación en una Revolución Pacífica? ¿Cuáles son las características del enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo, entre la burguesía oligarca y las fuerzas revolucionarias? La respuesta es difícil, necesita esfuerzo intelectual.
La Revolución pacífica es inédita, no hay antecedentes triunfantes, eso exige de la dirigencia de esta Revolución Bolivariana, que es pacífica, una poderosa mezcla de conocimiento y de arte, de imaginación y análisis riguroso de la realidad, de estudio serio y de inventiva.
El primer elemento del análisis, son las características propias de Venezuela: somos un país rentista, tenemos una clase media extendida y una marginalidad copiosa, y es por medio de esa ideología que la clase burguesa oligarca garantiza su dominación.
Todas las clases subordinadas están impregnadas de esta ideología, caracterizada por un individualismo, un egoísmo rotundo. El principal objetivo para esta ideología es el beneficio individual y egoísta, no importa a costa de qué ni de quién, es mercenaria, inconsecuente, retrocede a la menor dificultad, no corre riesgos, oportunista, siempre trabaja con red de seguridad, con plan de escape, o mejor, de salto de talanquera.
Esta ideología se manifiesta en el tránsito, en el caminar por la calle, en el trabajo, tiñe a toda actividad humana, impregna la conducta de todos, y por supuesto se manifiesta con fuerza en la política. Aquí funciona como una válvula de seguridad, las líneas políticas, las organizaciones, las acciones están impregnadas de individualismo y egoísmo, es una formidable barrera para el avance de la espiritualidad revolucionaria y para la construcción de una política revolucionaria, sabotea la formación de organización y también la elaboración de teoría revolucionaria. Allí da cabriolas para dejar un resquicio a su individualismo. Hay que hacer un esfuerzo para identificarla y combatirla, deslastrarse de ella, es como una hiedra.
En este ambiente de Revolución Pacífica, que ocurre en condiciones de alta impregnación de la ideología individualista y egoísta, propia de la pequeña burguesía y los marginales, es que se produce el enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo. Veamos.
En estas condiciones se le presentan a la Revolución varias dificultades, la principal es el impedimento para centrar una teoría Revolucionaria que marque el azimut. La Revolución con suma facilidad se extravía en las marañas teóricas de la ideología egoísta.
Al no haber un sólido piso teórico, al haber ambigüedad teórica, hay ambigüedad en todos los campos, he allí la causa de nuestra principal debilidad.
La Revolución Pacífica sólo se puede enfrentar a la oligarquía desde posiciones teóricas sólidas, bien diferenciadas, argumentadas y defendidas, que el pueblo las entienda, al punto de saber que en ellas les va la vida, que son sagradas, que vale la pena luchar por ellas.
Esta falla origina una carencia: la falta de cuadros revolucionarios. Es necesario un núcleo que irradie ejemplo extremo de conducta y ética revolucionaria al resto de la Revolución y a la sociedad, que sea ejemplo de lo que queremos construir, que contraste con los oligarcas y los desviados internos.
¡Socialismo es Teoría Revolucionaria!
¡Chávez es Socialismo!
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