El PSUV es un partido tan grande, siete y más millones de afiliados, que lo que pase dentro de sus cuatro paredes tiene inmenso eco en el resto de la sociedad, todo el país se entera.
Ahora el PSUV se dispone a un Congreso Ideológico, y con ese fin selecciona delegados en las patrullas. El proceso es inédito, la intención es laudable, merece aplausos, siempre es bueno el discutir elevado.
Ahora bien, todos sabemos que hay problemas, más allá de narrar los hechos, de calificar los baches, las conductas, debemos estudiar, analizar, las causas profundas de las dificultades, el por qué de los comportamientos disonantes, de esa manera podemos corregir.
Lo primero es entender que el comportamiento, la conducta de un partido, de sus militantes, de sus organismos, no es un hecho aislado, al contrario, tiene estrecha relación con varios factores. Tiene relación con el objetivo que se propone. Veamos.
Si su objetivo máximo es la participación en las elecciones oligarcas, y su proyecto es un buen gobierno, sin modificación profunda de la sociedad, entonces, necesariamente, será un partido lleno de zancadillas, de tendencias mezquinas que se disputan los puestos, clientelar, egoísta. Será un partido como los partidos de la IV y, en el mejor de los casos, conquistará votos, pero nunca el alma del pueblo, de lo mejor del pueblo, esa parte que está predestinada para las grandes tareas.
Si al contrario su objetivo es fundar un nuevo mundo, es hacer realidad el sueño de Bolívar y de los revolucionarios que continuaron y complementaron su pensamiento, si es conquistar una sociedad con la mayor suma de felicidad posible, si es construir el Socialismo, entonces debe prefigurar ese nuevo mundo, debe ser territorio de construcción de las nuevas relaciones y del hombre nuevo. Esa es la única manera de convertirse en eficaz e imprescindible instrumento de transformación revolucionaria.
La conducta de ese partido depende estrechamente de los cambios en la vida, en las relaciones de la sociedad.
Sólo los cambios que restituyan el sentido de sociedad contribuirán al establecimiento de relaciones fraternas, nuevas, dentro del partido. En contraste, los cambios hacia más capitalismo, hacia más egoísmo, influirán en el fortalecimiento de las conductas erradas, negativas.
De allí que si estimulamos el egoísmo en la economía y en la organización social, es esperable que tengamos un partido con los desajustes, los baches y comportamientos aberrantes.
En resumen, los problemas, las conductas erróneas dentro del PSUV, no están aisladas de otras áreas de la acción revolucionaria, son alertas que llaman a un proceso de corrección en la ideología para potenciar la acción.
Es necesario, urgente, formar la Zona Socialista que sirva de vitrina al Socialismo, que muestre en la práctica la nueva manera de relacionarse, irradie esa conducta sobre el resto de la sociedad, combata al capitalismo, porque ya sabemos que la convivencia, el coqueteo con el capitalismo se paga caro.
Sólo así tendremos un Partido Socialista, diferente a los partidos capitalistas.
¡Chávez es Sistema Socialista!
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