10.10.09

LA POTENCIA QUE SALVA

Siglos de capitalismo impusieron a la humanidad un sistema de valores, unos parámetros, unas variables. Esta forma de valorar del sistema capitalista se aplica al individuo y también a las naciones.
De esta manera, por ejemplo, el dinero es una medida de la riqueza, el automóvil es un símbolo de éxito, y el Producto Interno Bruto un indicativo de la solidez de una economía. Lo demás no importa nada.
Los números, las estadísticas, miden la salud del capitalismo, no la salud de la humanidad, la del planeta. Así, una nación puede ser económicamente “saludable” si subió el PIB, aunque los índices de desarrollo humano estén por el suelo, los obreros explotados, los excluidos aumentando, etc.
Los revolucionarios debemos tomar en cuenta esta situación. El Socialismo Sanador, debe crear, inventar nuevos valores para medir su avance. Valores que reflejen la salud humana y de la naturaleza, y es con estos valores que podemos construir la Sociedad Potencia que hoy necesita la humanidad para su salvación.
Si cometemos el error de “progresar”, “crecer” de acuerdo a los medidores capitalistas, estamos caminando hacia la extinción de la especie, y hacia la profundización de la miseria espiritual y material que es esencia del capitalismo.
La Sociedad Potencia será entonces aquella capaz de romper con los paradigmas del capitalismo, con las necesidades artificiales por él creadas, con su sistema de producción y de consumo. Capaz de restablecer las relaciones humanas entre los humanos, valorizarlos por el ser y no por el tener, donde el límite de desarrollo individual sean las capacidades de cada uno, y las oportunidades de desarrollo humano sean iguales.
Capaz, por ejemplo, de abrir espacio y tiempo para que las madres compartan con los hijos, los amamanten, los amen. Capaz de aumentar el tiempo de ocio creador para el humano, liberarlo de la compulsión del trabajo. Una sociedad que considere al humano y a la naturaleza como un mismo ser, y así se preserve, estableciendo relación armónica con ella, que la proteja no como un asunto de altruismo sino como una necesidad vital, amándola como se ama a sí mismo.
Una sociedad así será ejemplo para el resto de la humanidad, será considerada Potencia Salvadora, Sanadora. Construirla es la tarea principal del Socialismo, de ella depende la vida en el planeta y la felicidad de todos.
Si cometemos el error de entrar en una competencia con las “Potencias Capitalistas”, produciendo más, pero contaminando más, desfilando con más suntuosidad, en resumen, midiéndonos con la misma lógica, obtendremos éxitos, pero no seremos Potencia Sanadora, seremos Potencia Liquidadora de la Vida, y nuestros éxitos serán paladas que caven la tumba de la humanidad.
La tarea no es fácil, pero es vital. Este pueblo, este Gobierno Revolucionario, el partido, los consejos, las mesas, las patrullas, todos debemos imbuirnos de esta urgencia, no hay nada más importante.
Nosotros tenemos la oportunidad: o seremos grandes porque emprendemos la tarea más importante de la humanidad, o seremos mediocres llevados por el río pestilente de una humanidad fallida.
¡Chávez es Socialismo!

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