2.7.09

LEGITIMIDAD

¿Cuándo un proceso político es legítimo? ¿Cuándo tiene legitimidad?
La pregunta es muy importante, y más importante aún es su respuesta, de ella dependerá el soporte de las acciones políticas.
El asunto ha tomado mucho auge con los últimos acontecimientos en Honduras.
De allí surgen muchas preguntas: ¿Por qué y para quién el 19 de abril de 1810 fue legítimo? ¿La Rebelión de José Leonardo Chirino, fue legítima? ¿Por qué el golpe del Coronel Hugo Trejo fue ilegítimo? ¿Y el Golpe del 23 de Enero fue legítimo? ¿Por qué y para quién el 4 de febrero fue ilegítimo, y para quién fecha memorable? ¿Por qué el golpe contra Zelaya es ilegítimo para nosotros, y legítimo para los escuálidos del continente?
¿Cómo entender el problema? ¿Cuál es la respuesta? ¿Dónde ubicarse?
Lo primero que salta a la vista es que la legitimidad de un suceso político trasciende al hecho. La legitimidad depende del momento histórico y de los intereses de clase que allí se disputen, de los intereses que lo motoricen.
Los eventos que obedecen a los intereses de clases revolucionarios, los que intenten superar al capitalismo, siempre estarán impregnados de futuro, de redención, de vida, y siempre serán legítimos…para nosotros.
Los acontecimientos que obedecen a los intereses de las clases capitalistas, los que intenten mantener al capitalismo, siempre estarán impregnados de pasado, de dominación de una mayoría por una minoría, de desprecio a la vida, y siempre serán ilegítimos… para nosotros.
Es desde este punto de vista que debemos juzgar los movimientos políticos.
Así, a Zelaya lo defendemos, más allá de las formalidades leguleyas, porque es un gobernante al lado del futuro, forma parte del ALBA, de los cambios revolucionarios en el continente, de lo mejor de su pueblo, he allí su legitimidad.
El 4-F es legítimo porque fue movimiento de futuro contra el sistema de miseria espiritual y material que mantenía el pacto de Punto Fijo en coyunta con las oligarquías internacionales.
El 4-F fue un movimiento ubicado al lado de los humildes, continuador de la gran batalla que estos pueblos libran desde la fundación de la nacionalidad, continuador de Bolívar, Zamora, Fabricio. He allí su legitimidad.
Carmona fue ilegítimo porque atentó contra el camino de redención que el pueblo emprendió con la Revolución Bolivariana.
Ahora bien, legítimo no significa que es viable, puede ser legítimo, justo, como el Moncada o el 4f, y ser “derrotado”.
La viabilidad de lo legítimo la da la fuerza, y la fuerza de las revoluciones la confiere el pueblo organizado, movilizado, conciente. En eso consiste la Revolución, en cubrir de pueblo las ideas justas, al Socialismo.
Esa es la tarea principal de esta Revolución nuestra: organizar y movilizar al pueblo, hacerlo conciente y capaz de sostener la posibilidad revolucionaria.
Sólo un pueblo organizado y movilizado tiene la fuerza que hace viable lo legítimo. Pueblo desorganizado, actuando sin dirección, de forma espontánea, es débil y sus energías se disipan posponiendo sus triunfos.
¡La viabilidad del Socialismo la da el Pueblo, Organizado, Movilizado y Conciente!
¡Chávez es Socialismo!

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