9.6.09

LA VIOLENCIA

Como consecuencia del Grano “La seguridad de Chávez”, donde exponíamos la siguiente idea: si los oligarcas desesperados le tocaban un pelo a Chávez habría combate, y el combate así desencadenado sería altamente cruento, y que el objetivo de la ira popular desencadenada por el asesinato de la esperanza, serían los oligarcas y el capitalismo. Que si se atrevían, entonces cualquier ataque a los oligarcas, desde el ajusticiamiento hasta la confiscación, sería legítimo.
Como consecuencia de ese grano, fuimos calificados como incitadores de la violencia. Sobre esa calificación nos permitimos algunos comentarios.
No vamos a responder la acusación a nivel personal, creemos que si la derecha, en sus diferentes matices, desde Pastora Medina hasta Leopoldo Castillo, nos ataca, eso nos indica que estamos en el camino correcto.
Queremos comentar desde la política. Veamos.
La lucha de clases en Venezuela ha alcanzado niveles inéditos. Los capitalistas aparecen cada día en la prensa dando muestra del deterioro del sistema que defienden.
Zuloaga, por ejemplo, el dueño de Globovisión que ahora quiere aparecer como defensor de los pobres, es develado mostrando sus privilegios: va los fines de semana a África a cazar “piezas mayores”, vive en mansión y tiene carros para botar para el techo.
Todo eso no es producto de su trabajo, ya sabemos que trabajo no hace oligarcas, es producto del robo de lo que pertenece a la sociedad.
Se les cae el concepto de libertad de expresión, queda claro que la libertad de que nos hablan es la libertad para defender sus groseros privilegios y para engañar al pueblo.
Esta agudización de la lucha de clases, este descubrimiento que hace el pueblo de cómo viven los oligarcas, de su acumulación de riquezas que pertenecen a la sociedad, este despertar horripila a los oligarcas, los hace perder la sensatez, y apelan a medidas desesperadas: el magnicidio.
El magnicidio es una amenaza oligarca, la historia dice que con él tratan de resolver lo que ya no pueden resolver por el engaño, ejemplos sobran en nuestro continente.
En esta situación, frente a un país que avanza hacia un mundo mejor, los oligarcas elevan el nivel de tensión de la lucha de clases proponiendo magnicidio.
Con esa agresión brutal contra el pueblo, qué esperan, qué otra cosa puede suceder diferente a la que vaticinamos, qué otra reacción esperan. ¡No hay otra! Frente a la agresión oligarca temblará la tierra, elevaremos la lucha de clases a los niveles máximos.
Habrá combate y habrá violencia. Ellos con su magnicidio la incitarían.
Pero, la situación de violencia se puede evitar. Empecemos por los partidos y los intelectuales de derecha condenando el magnicidio: Leopoldo Castillo, Pastora Medina, Zuloaga, Cisneros, Poleo, Rafael y Patricia, Leopoldo Lopez, Capriles Radonsky, Julio Borges, Ravell, Orlando Urdaneta, Fernando Ochoa, Teodoro, Ramos Allup, Planas, Carlos Blanco, los 2D, los sindicatos de derecha, etc., firmando un comunicado condenando el magnicidio, que convenzan a su base social disociada, que comiencen a desmontar el origen de la violencia.
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!

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