12.6.09

EL EDIFICIO

Aquella sociedad perdida supuso su felicidad en la construcción de un edificio émulo de Babel. Todos obraron el deseo. Se formaron tres cuadrillas entusiastas.
La primera decretó que el edifico sería autóctono para ser bueno, no se parecería a nada hasta ahora existente.
Y fueron febriles al campo, reclutaron entusiasmos, acopiaron material y comenzaron con furia. A las dos semanas tenían cuatro pisos construidos, estaban altos, desde allí se sentían seguros. Ese era el camino. La práctica era maestra incomparable. Esta es la práctica sin teoría.
Otra cuadrilla dijo, “sin teoría de edificios no hay práctica de edificios”, y se fue a la biblioteca a estudiar, aprendió ingles (los mejores libros están en ingles), aprendió ruso para analizar las construcciones en su idioma original, fundó laboratorios y universidades para ilustrarse en edificios.
Los miembros de esta cuadrilla dictaban charlas, ganaban premios, publicaban libros. Esta es la teoría sin práctica.
La tercera cuadrilla estudió en la misma biblioteca. La teoría que allí aprendía en la mañana, en la tarde la ensayaba en el campo, adaptaba los conocimientos al terreno de construcción.
Lo fundamental de la experiencia universal lo conocía y no lo desdeñaba. Sabía que un edificio alto lleva bases profundas, concientes que el edificio debe ser propiedad de todos para que todos se sientan motivados en su construcción, que hay que estar alerta con los enemigos de edificios.
Muchas cosas sabían y muchas cosas aprendieron en la práctica, esos conocimientos nuevos los escribieron para uso de generaciones futuras. Esta es la praxis, la teoría guiando a la práctica y a la vez aprendiendo de ella.
Así pasaron los años y más, y llegó la hora de presentar los resultados.
La primera cuadrilla, la febril, la de la práctica, presentó su informe en la televisión con bombas y serpentinas, dijo: “hemos obtenido un gran triunfo, hemos construido quinientos ochenta y tres pisos, ninguna sociedad del mundo ha alcanzado tamaña hazaña. Sólo hemos tenido un pequeño problema: los pisos del quinto al octavo lo hemos construido muchísimas veces y se derrumban al cabo de unos días, no sabemos por qué. Pero, confiamos resolver ese fenómeno. En las reuniones de la cuadrilla lo tratamos hasta la madrugada”.
A continuación mostraron sus manos callosas y sus ojeras de trasnocho.
Fuertes aplausos y quedó registrado que el edificio no pasó del cuarto piso.
A continuación la cuadrilla de la teoría mando una delegación pequeña, el resto estaba estudiando.
Después de cinco horas de conferencia mostraron el terreno donde pensaban hacer el edificio más alto del universo.
Quedó registrado: un bello terreno, ningún piso y una conferencia brillante.
Por último le toco el turno a la cuadrilla de la Praxis. Esta presentó un informe corto:
“Adaptamos el conocimiento universal a las condiciones del terreno, la teoría alimentó a nuestra práctica, la práctica nutrió el conocimiento, corregimos errores, inventamos nuevas formas, así superamos el pasado apoyados en él. El edificio tiene doscientos pisos, es el más alto de la galaxia”.
¡Socialismo es Praxis”
¡Chávez es Socialismo”

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