22.9.08

DEFENDAMOS A CHÁVEZ

La amenaza de magnicidio aparece nuevamente, y nuevamente la oposición lo aprueba por omisión demostrando con eso su verdadero talante: el fascismo. Tras el delgado barniz democrático se esconde el monstruo infame que acecha a la Revolución.
Los revolucionarios y los hombres de buena voluntad debemos rechazar el magnicidio, pero además debemos tomar medidas para defender a Chávez. Veamos.
El magnicidio no sólo es un problema de seguridad policial, además, y principalmente, es un problema político y de masas. Expliquemos.
El magnicidio tiene sentido, más allá de la venganza o la retaliación, si les resuelve a los fascistas el problema político, es decir, si el magnicidio trunca el camino hacia el Socialismo, si cambia drásticamente el cuadro político, si crea una turbulencia que facilite la derrota del Pueblo revolucionario y de la Revolución. Y ese objetivo sólo lo consiguen en la medida en que el Pueblo esté desorganizado, despolitizado, desmovilizado y sin Conciencia del Deber Social.
De aquí se desprende que la mejor defensa del Comandante Chávez, la mejor ayuda que podemos dar a su seguridad, es avanzar decididamente en la organización, en la formación política, en la movilización y concientización del Pueblo.
La historia está llena de ejemplos que demuestran que los fascistas avanzan sobre los débiles, y también que se detienen, o no se atreven, frente a las respuestas valientes y decididas.
Si el imperio nos ve débiles, dubitativos, erráticos, poco consolidados en la marcha hacia el Socialismo, entonces, se envalentonará y tomará fuerza la posibilidad de resolver con un magnicidio el problema que significa el ejemplo de la Revolución Bolivariana para los Pueblos del continente.
Ahora bien, si el Pueblo está en condiciones de dar una respuesta rotunda, si el Pueblo es capaz de transformar nuestra ira en la furia de todo el continente, entonces, el imperio fascista lo pensará una y mil veces antes de atreverse.
De aquí surge la pregunta:
¿Cómo prepararnos para tener capacidad de dar la respuesta que disuada al imperio y haga que el magnicidio no sea una opción?
La respuesta está en afinar la teoría revolucionaria, definir un cuerpo teórico que le dé contenido, límites y posibilidades. Construir la organización vanguardia política del Pueblo. Fortalecer la organización del Pueblo dándole a los consejos comunales carácter regional y nacional, sacándolos del ámbito puramente local. Dar el combate contra la cultura capitalista, combatir los valores del egoísmo y del consumismo capitalista. Darle al Socialismo una base material, con la hegemonía de la Propiedad Social de los medios de producción.
En definitiva, debemos constituirnos en sociedad capaz de dar respuestas implacables frente a la agresión.
¡Sin el Comandante, no hay Socialismo!
¡Sin propiedad social y conciencia social, no hay Socialismo!
¡Si se atreven la respuesta será implacable!
¡Sin Socialismo no hay esperanzas!

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