Estados Unidos reactivó la IV flota, un dispositivo militar de alto poder que gira alrededor de un portaviones nuclear. Todo el mundo se pregunta ¿para qué? Las respuestas son variadas, van desde la intervención directa hasta operaciones rápidas tipo ataque al campamento de Reyes.
Nosotros pensamos que vienen a poner orden en su “patio trasero”, y su objetivo central es la Revolución Bolivariana y el Comandante Chávez. Saben que ese es el eje del resurgimiento de la Independencia de América. De aquí surge una pregunta ¿cómo lo harán?
La guerra del siglo veintiuno ha adquirido nuevas características, ya la Flota no es una fuerza de desembarco como en Normandía, se trata de una fuerza política, se mueve por el Caribe intimidando, mandando señales, y sobre todo apoyando a un ejército de ocupación que ya tienen en el país, es el mismo que actuó en el sabotaje petrolero.
Esa es una nueva estrategia de guerra en estos tiempos: el imperio opera a través de nacionales que son apoyados desde el exterior, con dinero, recordemos el medio millón de goicochea, con declaraciones descalificadoras como esas de que el gobierno protege la droga y a grupos terroristas árabes, o las que colocan a Chávez como un peligro continental.
Siendo así, esta IV flota vino a mandar señales de apoyo a su ejército de ocupación, a moralizarlo, a estimular sus acciones, también a cooperar con las labores de captación de personal militar, a estimular cualquier pronunciamiento, a intimidar a los débiles, lo que no descarta que, llegado el momento, opere directamente.
¿Cómo debemos enfrentar el peligro de la IV flota?
Lo primero es entender que es un peligro político, y debe ser contrarrestado principalmente con política.
Después, entender que el principal componente de la política revolucionaria es la ideología revolucionaria, la conciencia revolucionaria, y el pueblo que las encarne. Esos son los principales baluartes para enfrentar la flota, son los principales antiflotas.
Desde hace tiempo estamos en guerra con el ejército de ocupación, le hemos ganado muchas batallas. Ahora es necesario que entendamos las nuevas reglas de esta etapa de la confrontación, sólo así podremos volver a triunfar.
La batalla comienza todos los días en la televisión de la mañana. Los cañones de ellos, sus canales de televisión, empiezan temprano a disparar contra nosotros. Tratan de ganar la conciencia de la población con mentiras y manipulaciones, con miedo. Todo bien montado, se saben mover en su teatro de operaciones, estimulan los valores egoístas.
Los cañones nuestros, nuestros canales de televisión, paradójicamente, comienzan la batalla dándoles tribuna a los oficiales del ejército de ocupación, en programas que muestran una convivencia falsa. De esta manera transmiten una imagen distorsionada, alejada de la realidad de guerra que vivimos ¡Nos debilitan!
Y así transcurre la batalla, desubicados, sin darnos cuenta vamos cediendo terreno al enemigo.
La batalla no la estamos perdiendo en las aguas azules, ni en las aguas marrones, la estamos perdiendo en el alma del pueblo.
Criticar es Amar
José Martí
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