11.2.08

EL PAÍS DE LOS MEDIOS

Si alguien en el extranjero lee la prensa oligarca, creerá que en Venezuela gobierna un ogro amante de la guerra, que el desabastecimiento está a niveles de la Europa de la Segunda Guerra , que por las calles caminan hordas que invaden propiedades grandes y pequeñas con la complicidad de los alcaldes mayores y menores.

Cuando ese alguien quiera buscar noticias alternativas, una visión diferente de ese falso país creado por los medios, se topará con un muro de silencio, poco será lo que encuentre, no tendrá elementos para hacerse una opinión distinta.
Esta es la realidad, cada minuto nos llueven ataques mediáticos bien pensados, producidos en laboratorios enemigos de alta capacidad, y nosotros no damos respuestas, o, cuando la damos, ésta es sumamente deficiente, dejamos que se deforme la percepción que de nosotros tiene el mundo, y la percepción que la sociedad venezolana tiene de sí misma. Veamos.
Chávez pide beligerancia para la FARC (que no son santos de nuestra devoción), explica muy bien que ese paso es indispensable para LA PAZ EN COLOMBIA , sin embargo, el enemigo oligarca consigue instalar en la población la idea de que Chávez es guerrerista, una amenaza para la paz, y nosotros dejamos que los medios nos construyan un país de ficción en nuestras narices.
Chávez reivindica el derecho de los bolivianos al cultivo y comercialización de la coca, y el imperio lanza sus perros de presa para crear la opinión de que el presidente es aliado de la droga, que Venezuela es un paraíso para los carteles, y nosotros no explicamos con claridad y fuerza que la satanizada coca no es la droga cocaína, que la hoja de coca es un patrimonio cultural del pueblo boliviano, al contrario, dejamos que sigan construyendo un país de ficción.
Barrio Adentro tiene problemas, normales dentro del desarrollo de un proyecto como ese, y nosotros, inermes, dejamos que se cree la opinión de que cayó en un profundo pozo “de donde no emergerá jamás”.
La inseguridad, problema surgido de las entrañas del capitalismo, es endilgado a la revolución.
Los columnistas oligarcas crean miedo y desasosiego, inventan mentiras a diestra y siniestra, y nosotros no les damos ningún tipo de respuesta.
Los oligarcas han conseguido construir un país de ficción donde todo marcha mal, y donde sólo es necesario salir de Chávez para que todo se arregle.
Nosotros no hemos entendido que la batalla es en el terreno de esa ficción, que la mente colectiva reacciona frente a ese país de mentira como si esa fuese la realidad.
Es en ese terreno que se da la batalla, es contra esa ficción que luchamos, es esa la guerra que libramos.
Para tener éxito en la contienda debemos afinar nuestras armas, crear estructuras capaces de dar respuestas inmediatas y contundentes a los misiles mediáticos enemigos, blindar las acciones de gobierno con explicaciones y discusiones, pero, sobre todo, fortalecer la ideología que alimente la respuesta.
¡Chávez es Socialismo!
¡Aquí no se rinde nadie, Chávez se queda!

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