7.1.08

DISTRACCIÓN ELECTORAL

La Revolución Bolivariana se mueve en terrenos de elecciones oligarcas. No es el momento de estudiar por qué en diez años no se ha modificado la forma de consulta popular, ahora es importante analizar la realidad electoral que se avecina.

En los próximos días entramos en un nuevo período electoral, éste tiene la particularidad de ser el primero que enfrentamos viniendo de una derrota electoral. Por lo tanto abundan hipótesis intentando encontrar las causas del revés y lanzando normas para el comportamiento futuro. Las explicaciones no son aisladas, surgen de una ideología determinada, de una visión del mundo y de la política.
La proximidad del nuevo período electoral nos obliga a ir al fondo del problema, esa es la única manera de prepararnos para el evento y preparar a la masa para nuevos retos revolucionarios. Veamos.
Las elecciones oligarcas que hoy padecemos tienen dos características:
Una, consultan la voluntad de la sociedad de manera imperfecta.
La otra, distraen a la sociedad de los problemas importantes, trivializan las decisiones, fragmentan la sociedad, la ubican en la pelea pequeña y mezquina, estimulan la conciencia egoísta. Por esas características son apoyos del sistema oligarca.
La Revolución Bolivariana, que por razones históricas tiene que dar batallas en este escenario, debe ir a las elecciones oligarcas con otro criterio, con otra conducta. Si vamos a las elecciones con criterio oligarca, viéndolas como un ejercicio de mercadeo, participamos en la difusión de valores, conductas oligarcas, y a la larga estamos trabajando contra la Revolución.
La Revolución gana elecciones si las enfrenta como un asunto de conciencia, que se dilucida principalmente fuera del campo electoral.
Las elecciones desde el punto de vista revolucionario no se deciden en quien pega más propaganda, quien tenga más maquinaria para movilizar, quien tenga mejor cuña o mejor “gingle”. La Revolución gana cuando se instala en el alma de las masas, demostrándole que les pertenece, que sólo ella puede hacer los cambios que acaben con la miseria creada por el capitalismo, cuando conquista el corazón popular convocándolo para lo grande, y demostrándole que lo grande sólo se consigue con la unión de los humildes.
Ese es el camino revolucionario: instalarse en el alma del Pueblo, así caminaremos al Socialismo y también se ganarán elecciones.
Por eso sería un error vital, ahora en estas próximas elecciones, que los revolucionarios nos distraigamos, nos fragmentemos haciendo de la publicidad mezquina el centro de nuestra actividad. Eso sería fatal.
Al contrario, los revolucionarios debemos ver los errores y deficiencias de la Revolución y corregirlos, conectarnos con la gente, convencerla que la propuesta oligarca es un fraude, que ellos no pueden conseguir la paz ni la prosperidad porque son capitalistas, y que sólo el Socialismo es la solución a los males que el capitalismo ha creado.
Debemos educar con el ejemplo, es necesario tomar medidas que demuestren una conducta diferente a la conducta oligarca.
De esa manera daremos contenido revolucionario a las elecciones y las ganaremos por aluvión.
¡Chávez es Socialismo, sólo el Socialismo salva!
¡Sin Chávez no hay Socialismo y sin Socialismo no hay Chávez!

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